MADRID, España, 9 de mayo.- Tomar el sol puede ser la muerte en Araras, un pequeño pueblo de granjeros del estado de Goiás, en Brasil. Allí hay un grupo de campesinos que tiene que protegerse de la luz como si se tratara de un ácido corrosivo.
La razón es una enfermedad rara llamada xerodermia pigmentosa (abreviada como XP) que convierte a la piel en un órgano extremadamente sensible a la luz del sol. En lugar de broncearse, la piel envejece y se cuartea, aparecen manchas, lesiones oculares que pueden acabar en ceguera y, lo que es peor, es 1000 veces más probable que se desarrolle un cáncer de piel.
Una rara enfermedad genética afecta al pueblo brasileño de Arara haciendo que la piel de los habitantes de la aldea 'se derrita' bajo el sol, provocando estigmas y lesiones. |
Y aunque la xerodermia (del latín xero=seco; derma= piel) es una enfermedad rara que aparece en uno de cada 250,000 habitantes, (en Estados Unidos y según datos del NCBI), en este pequeño pueblo la frecuencia es de un caso cada 40 personas: entre los 800 habitantes hay 23 enfermos.