miércoles, 10 de diciembre de 2014

diciembre 10, 2014
El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos supone el épico final de las aventuras de Bilbo Bolsón, Thorin Escudo de Roble y la Compañía de los Enanos. Cuando reclamaron su patria al dragón Smaug, la Compañía desató sin querer una fuerza malvada en el mundo. Furioso, Smaug descarga llamaradas de ira sobre los habitantes indefensos de Ciudad del Lago.

Thorin, consumido por la obsesión de reclamar su tesoro, sacrifica la amistad y el honor para conseguirlo mientras los frenéticos intentos de Bilbo por hacerle entrar en razón llevan al Hobbit a tomar una decisión arriesgada y peligrosa; pero las amenazas que les esperan son aún mayores. Sauron, el mayor adversario de todos, ha enviado legiones de orcos a un ataque furtivo en la Montaña Solitaria sin que nadie se entere, salvo el mago Gandalf.

A medida que el mal se cierne sobre su creciente conflicto, las razas de los Enanos, los Elfos y los Hombres tienen que decidir si aúnan sus fuerzas o se abandonan a la destrucción. De repente, Bilbo tiene que luchar por su vida y la de sus amigos en la épica Batalla de los Cinco Ejércitos, mientras el futuro de la Tierra Media pende de un hilo.

El mago Gandalf (Ian McKellen) y Bardo el Arquero. (Luke Evans). Con el estreno de El hobbit: la batalla de los cinco ejércitos, se cierra la trilogía sobre la famosa obra de J. R. R. Tolkien, precuela de El señor de los anillos (AP / Warner Bros.)

Fue durante la premiere de El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos en Londres cuando Sir Ian McKellen desató los rumores al dejar una puerta abierta a que Jackson vuelva a rodar en la Tierra Media.

El actor que da vida a Gandalf lo hizo al asegurar a la BBC que Peter Jackson le dijo en 2001 que era el fin, que no había más, "pero 13 años después aquí estamos. Así que no creo que éste sea necesariamente el fin del camino".

Y es que aún queda un libro de J.R.R Tolkien por adaptar a la gran pantalla, El Silmarillion. Aunque el director ya ha expresado la dificultad de llevar al cine esta historia. En primer lugar por su historia, la génesis de la Tierra Media que es arduo, un compendio de nombres, fechas y datos.

Además, en una conferencia en la Comic-Con este verano aseguraba que el Silmarillion había sido escrito por Tolkien y su hijo, y que es este último quien tiene los derechos del libro. Por lo que la situación es más difícil que con El Señor de los Anillos y El Hobbit.

El jefe orco Azog (Manu Bennet). (Warner Bros.)
Bilbo Bolsón (Martin Freeman). (DPA/ Warner Bros)

Además, es sabido por todos que los herederos de Tolkien no son los mayores fans de estas adaptaciones cinematográficas. Esto no quiere decir que sea algo totalmente imposible, aunque es una situación poco alentadora.

Un día después de la premiere, en una rueda de prensa Jackson habló de este particular y reconoció que sin la colaboración y aprobación total de los herederos de Tolkien será "imposible" hacer más películas.

El director señaló que El Hobbit y El Señor de los Anillos son las únicas dos obras que los propietarios de los derechos de Tolkien han vendido así que, de momento, habrá que esperar.

Mientras tanto, y una vez que termine con la maratoniana promoción de la última película de El Hobbit, Jackson adelantó que se encerrará durante unos meses para prepara la versión extendida de La Batalla de los Cinco Ejércitos. Algo que permitirá a los fans más entregados poder disfrutar en su casa de las versiones extendidas de las seis películas. "Serán casi 24 horas de alegría", afirmó.

Erebor, el hogar de los Enanos, ocupado por el dragón Smaug. ¿Puede ser recapturado pronto? Y ¿a qué precio? (Warner Bros.)

De momento la próxima parada a la Tierra Media es el próximo 17 de diciembre, cuando llegue a las pantallas El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos.

La película se centrará en el esperado -y muy dilatado por Peter Jackson- enfrentamiento final con el gran dragón Smaug y en la gran bratalla en las Lindes de Erebor, la Montaña Solitaria, narrado por Tolkien en el tramo final de su libro. (teinteresa.es)

Bardo el Arquero delante de una compañía de elfos.(Warner Bros.)

 Thranduil (Lee Pace), Rey del los elfos del Bosque Negro. (Warner Bros.)
Los enanos Thorin II (Richard Armitage), Rey exiliado de la Montaña Solitaria, y Kíli (Aidan Turner). (Warner Bros.)
Nuevas y sorprendentes declaraciones del actor Ian McKellen, el Gandalf de la trilogía de El Señor de los Anillos y El Hobbit. El actor de 75 años, quien ya se despachó a gusto hace unos días al sugerir que El Hobbit 3 quizás no sería el último capítulo de la aventura, ha dejado caer que el rodaje de las seis películas de Peter Jackson no fue lo que se esperaba. Aunque el resultado final le haya gustado mucho, ha calificado de “miserable” el hecho de rodar muchísimas escenas sobre un fondo verde, técnica habitual en el cine de Peter Jackson.

Las declaraciones del actor, realizadas en el Graham Norton Show, no tienen desperdicio. A pesar de no tener mucha idea de lo que ocurría con su personaje, Ian McKellen reconoce que las películas de El Señor de los Anillos y El Hobbit están muy bien : "Son asombrosas, pero no me preguntes más sobre ellas o cómo se hacen porque no las entiendo". Ian McKellen quizás se refiera a la profundidad de los cuatro libros en las que está basado el universo de la Tierra Media de Tolkien que ha sido adaptado a la gran pantalla, o quizás a las intrincadas técnicas que han hecho posible que actores de la misma talla aparecieran como humanos enanos y hobbits al mismo tiempo en la pantalla.

Y la cosa no queda ahí. A diferencia de Christopher Lee, actor que dio vida a Saruman y que se indignó por no aparecer en la tercera película (no comprendía por qué no se explicaba el final de Saruman en la versión no extendida de la cinta), Ian McKellen reconoce que no entiende demasiado el universo de J.R.R. Tolkien : "Lo mejor de haber visto la película ha sido entender la trama. No tenía ni idea de lo que era mientras estábamos en el rodaje [...] Rodar en lo alto de una montaña fue lo bueno, pero grabar con una pantalla verde es algo miserable [...] Cuando terminamos el primer día, solté una lágrima y, con la cabeza en mi mano, dije : "Esta no es la razón por la que me convertí en actor". ¡Y se me olvidó que todavía llevaba el micrófono encima !". (melty.es)