lunes, 1 de diciembre de 2014

diciembre 01, 2014
Pedro Echeverría V.

Por la inmediata libertad de los 11 rebeldes y la aparición de los 43 de Ayotzinapa

1. Padre, ¿Qué son los vándalos de los que habla el presidente, la radio y la televisión, es verdad que son jóvenes rebeldes que quieres derrocar al gobierno para imponer el caos? ¿Por qué hasta en la iglesia se dice que el mundo era un caos hasta que vino dios a organizarlo? ¿Si dios lo organizó por qué no lo hizo con justicia e igualdad de modo que los que trabajan la tierra, en las fábricas, los de trabajos duros y sucios, posean los ingresos necesarios para vivir honestamente y que los que no trabajen –tal como los ricos que poseen mansiones, automóviles, mucho dinero- se les niegue el derecho a poseer? Se me hace que el dios “infinitamente bueno” no intervino y quienes organizaron el mundo eran lo que se llama la clase dominante.

2. ¿Será que dios haya hecho todo si parece que este mundo está de cabeza? Si el mundo estuviera de pie –como debe estar- todo lo que viéramos sería justo: nadie se iría a la cárcel por luchar para que haya justicia en México y, por tanto, nadie saldría a protestar contra la represión. Tú mismo, padre, no recibirías órdenes de golpear a jóvenes valientes que arriesgan su vida y su libertad para que haya justicia en México. ¿Recuerdas que me has dicho que como militar arriesgas tu vida al enfrentarte a los jóvenes, pero que tienes que actuar porque así te exigen tus superiores? Aunque los jóvenes jamás acuden armados a las protestas y manifestaciones, creo que sí te arriesgas, porque los jóvenes llevan mucho coraje contra el gobierno acumulado por años.

3. Papá, ¿Qué pasaría si toda la tropa –viendo que la situación de México se complica y que el gobierno en vez de solucionar los problemas de fondo se dedica reprimir- toma un día el acuerdo de no reprimir a los jóvenes rebeldes? No hijo, esas son tonterías porque no conoces a los jefes. Nuestros jefes han tomado cursos en EEUU, en Colombia, en Perú y muchos lugares y cada vez que regresan son más déspotas y engreídos. Son algo así como robots que no escuchan argumentos. Da la impresión de que en lugar de cursos militares recibieron profundos “lavados de cerebros” para luchar contra todo aquello que se rebele. No hijo, en el ejército, la marina y en asuntos militares no caben consejos porque todas son órdenes de arriba y sin discusión.

4. Papá, ¿Qué pasaría si al presidente Peña Nieto –ante las graves dificultades que tiene: No crece la economía, el desempleo repunta, los salarios son cada vez más miserables, la inseguridad, las movilizaciones- los EEUU intervinieran automáticamente –como lo han hecho en todos los países- para asegurar que sus intereses estuvieran garantizados? Sus intereses, es decir, sus propiedades, sus inversiones, sus ganancias, sus bancos, sus soldados, sus ciudadanos. ¿Y el ejército mexicano –tú mismo- qué haría? Hijo, nosotros –desde que nacimos como institución- sabemos que sólo debemos recibir órdenes y no podemos actuar por conciencia o a la libre. Pero te diré en antes de renunciar cualquier gobierno prepara las condiciones y se adelantan todos los pasos.

5. Papi, aunque nos has asegurado dándonos comida, ropa, vivienda, escuela, una vida regular, te adelanto que no sería militar porque es un poco triste no poder decidir acerca de nuestra persona y nuestra vida. Pienso que ser hombre o mujer libre es otra cosa, a pesar de que el sistema esté de cabeza. Aunque te duela debo decirte que a ustedes los mandan a reprimir a jóvenes o a adultos –y a ti sé que te duele, pero no tienen otro camino- porque están defendiendo –de manera natural y con dignidad- sus derechos. ¿Papi, realmente crees que los 11 jóvenes presos, que irrumpieron el 20 de noviembre en la noche frente al Palacio Nacional, se merezcan estar en la cárcel? Nunca los jóvenes han sido violentos en estos casos, pero si los provocan responden con dignidad.

6. Veía, sentía que mi padre estaba muy preocupado por lo que le decía, pero después de 18 años de trabajar como militar-policía, sólo le quedaba solicitar su cambio a un departamento que no tuviera que ver directamente con la represión mientras llegaba su jubilación. Me decía: Mira hijo, muchos de la tropa hacen méritos para obtener más grados militares. Todos buscan quedar bien con los altos mandos para obtener mejores ingresos y mejores comisiones. No pienses que estar en el ejército es fácil porque también entre nosotros hay mucha competencia para destacar y recibir premios. Por eso lo que sucedió el 20 de noviembre frente a Palacio –donde tuve la mala suerte de estar- no es nada para alegrarse porque habían mucho jóvenes de tu edad.

7. ¿Y a ti padre no te enviarán pronto a otro país a tomar cursos? Posiblemente no porque ya no me ven agresivo, es decir, dispuesto a hacer acciones atrevidas que en cada momento son necesarias. Quizá por ello no me den otros grados ni me aumente más mis salarios. No creas, ya tengo un poco de miedo porque las cosas en el país parece que se complican mucho. Hace 15 años, gobernaba Zedillo y no se preveía que la descomposición llegara a este grado. Creí que con el gobierno del PAN de Fox vendría la paz y la honestidad y, al contrario la corrupción, la delincuencia y se inseguridad se agravaron. Con el gobierno de Calderón empeoró la situación y parece que hoy nada se ha compuesto y todo sigue igual de mal. Hijo, cúidate, pues sólo pienso en ustedes.

8. Pienso que si todos los militares fueran bondadosos y cariñosos como mi padre, habría mucho menos violencia en la policía y el ejército. Él habla conmigo y estoy seguro que me escucha. Ha cambiado tanto que si le ofrecieran otro trabajo con idénticos ingresos y jubilación no lo pensaría dos veces. Él sabe y parece decir que a los jóvenes hay que escucharlos, no hay que tratarlos mal para que sus protestas se ventilen y los problemas que plantean sean solucionados. Yo no escogí ser hijo de militar-policía, pero mis estudios y entendimiento me han enseñado que debo ser libre y no un robot subordinado. Desafortunadamente, por pobreza y desempleo ha tenido que actuar en la milicia. Pero todavía es tiempo para que las cosas cambien. (29/XI/14)