jueves, 25 de diciembre de 2014

diciembre 25, 2014
ESPAÑA, 25 de diciembre de 2014.- Andrew Flack se considera un privilegiado por poder bajar por las lomas nevadas de las montañas de Vail, en Colorado. El snowboard es la pasión de este publicista retirado que vive en los suburbios de Denver. Y hasta ahí ha llegado el fenómeno del Ecce Homo, con la forma de una ópera cómica titulada Behold the man (He aquí el hombre).



Es un proyecto aún en fase incipiente, muy modesto, pero que nace con la ambición de poder viajar a Borja (Zaragoza). Hace un año que Flack visitó la localidad aragonesa desde el corazón de EE UU para conocer en primera persona la historia de Cecilia Giménez, la octogenaria que intentó restaurar un fresco de Cristo que había quedado en el olvido en el Santuario de la Misericordia y que estaba muy deteriorado por la humedad. La chapuza de esta vecina bienintencionada dio la vuelta al mundo en el verano de 2012, con España sumida en la crisis. Cecilia, como si se hubiera tratado de una pintura colgada en la pared de su casa, entró en la iglesia y sin pedir permiso decidió volver a dar vida a la obra original que salió de la brocha de Elías García Martínez a comienzos del pasado siglo. "Es una historia fascinante, llena de misterio, de fe profunda", comenta el autor de la ópera. Es un proyecto que lidera junto al compositor Paul Fowler y en el que Amanda Berg Wilson hace de directora.

También lo ve como una "especie de milagro", porque como señala Andrew Flack, ahora Borja es un pueblo que está en el mapa y la localidad atrae a turistas de todo el mundo que quieren ver el trabajo incompleto de Cecilia. "Es un proyecto muy bello, con una historia muy interesante detrás", explica, "porque en realidad no le dejaron terminar lo que había empezado". El autor mantiene un contacto muy frecuente con la anciana.

Los creadores de este proyecto artístico ven a Cecilia como una heroína que luchó por imponerse a la voracidad de las redes sociales. En el primer acto, el fantasma de García Martínez se dirige a ella para decirle que siga con la restauración. "¿De verdad, quién puede decir qué es mejor o peor? ¿Qué es una bendición o una maldición? El milagro de un hombre es el desastre de otro. Y cuando crees, el resto viene solo". Dos veranos después, miles de personas peregrinan a su monasterio. (Nota completa de Sandro Pozzi en el portal de El País)