lunes, 24 de noviembre de 2014

noviembre 24, 2014
Mensaje del Consejo Nacional de Laicos a la Opinión Pública

Reunidos en la Ciudad de Xalapa, Ver., el Consejo Nacional de Laicos, que representa a millones de laicos organizados en México, en el marco de nuestra XXII Asamblea Nacional, manifestamos lo siguiente:

Nos duele lo que está pasando en México. Nos duele la violencia en todas sus manifestaciones. Nos duele la desaparición de los jóvenes normalistas en Iguala. También nos hiere la muerte de otros jóvenes, adultos, migrantes e incluso de niños, cuyos cuerpos han sido olvidados en fosas clandestinas.

Como ciudadanos mexicanos reconocemos nuestras omisiones, lamentamos haber contribuido, con nuestra indiferencia, a agudizar la crisis de valores y la emergencia antropológica y ética en la que nos encontramos. Somos conscientes, también, de que nuestra falta de solidaridad con los más desfavorecidos ha contribuido a hacer más profunda la problemática juvenil, familiar y social. Sin embargo, nos mantiene actuantes la esperanza en el Señor de la historia, pues sabemos que donde “abundó el pecado, sobreabunda la gracia”.

Reconocemos la necesidad urgente de atender esta crisis con la luz y fuerza del Evangelio. Nos sabemos portadores de una Buena Noticia para México y, si bien el reto es enorme, estamos dispuestos a realizar nuestra tarea con entusiasmo y alegría, dejando a Dios ser Dios, pero tomando nuestra responsabilidad con seriedad.

Sabemos que no basta la protesta y que nuestra sociedad requiere más propuesta y acción que análisis, diagnósticos y queja. La indignación que sentimos está llamada a madurar hasta convertirse en nuestra “determinación firme y perseverante en empeñarnos por el bien común” en las actuales circunstancias.

Como miembros del Consejo Nacional de Laicos, con espíritu evangélico, nos comprometemos a:

1. Difundir y asumir el pronunciamiento “¡¡Basta Ya!!” del Episcopado Mexicano, recientemente elaborado por nuestros Pastores en su pasada Asamblea.

2. Trabajar por el desarrollo social integral contribuyendo a acortar la brecha entre los que tienen mucho y los que casi no tienen nada.

3. Hacer conciencia de que la solución a la violencia no está en dejar el problema sólo en manos de la clase política, de los gobernantes y de las fuerzas armadas y policías. La solución pasa por el quehacer de todos desde los distintos campos de acción ciudadana y profesional, pero también desde las acciones pastorales de la Iglesia en México.

4. Ser constructores de paz comenzando por nuestro interior y familia, movimiento y diócesis, comunidad y ambiente vital, a fin de sumar esfuerzos que, aunque pequeños, expresan la fuerza transformadora del Evangelio.

5. Practicar el encuentro, el diálogo, la búsqueda conjunta de soluciones, la justicia, pero también la misericordia y el perdón cuando sea necesario, tanto con los violentos que se benefician de la violencia, como a los que desconocen que su acción contribuye a preservarla.

6. A mantener la esperanza activa, al proclamar en la Misión Permanente, que en Jesús Resucitado el mal no tiene la última palabra, a dar testimonio de que éste se vence a fuerza de introducir el bien en nuestras vidas.

El Consejo Nacional de Laicos hace votos para que todos seamos capaces de asumir nuestra responsabilidad ante la situación actual, pide a Dios su luz y su fuerza, particularmente para con los que sufren, y nos comprometemos a ser promotores de justicia, paz y reconciliación; a defender la dignidad humana en todas las fases de la existencia, a construir el bien común para, así, realizar la “Civilización del amor”, con humildad y decisión.

Xalapa, Veracruz. 22 de Noviembre 2014

Por el Consejo Nacional de Laicos

Presidente: Jorge Carlos Estrada Avilés
Secretarios: Antonio Negrete Ortiz/Esthela Ramos de Negrete