jueves, 30 de octubre de 2014

octubre 30, 2014
Carlos Loret de Mola Álvarez / 30-X-10

Parece que el Congreso debe apurarse para tipificar un nuevo delito en el Código Penal mexicano.

Si uno se mete a Twitter o a Facebook, se leen muy fuertes en sus condenas. Así que tendrían rápido que legislar la pena que amerita el delito de portación de fotografía prohibida, en sus modalidades de aparición, solicitud, selfie o captada por terceros; con los agravantes de sonrisa, abrazo, saludo y otras muestras varias de simpatía. 


Los fanáticos de las redes sociales y los robots financiados por los intereses políticos están de nuevo extraviados. Ahora han centrado sus críticas en Andrés Manuel López Obrador por lo que es casi una trivialidad: que aparece en una foto con la parejita prófuga Abarca-Pineda, presuntos responsables de la desaparición de estudiantes.


Todo se debe a que el domingo, en su mitin del Zócalo del DF, el ¿ex? candidato presidencial declaró: “no conozco al ex presidente municipal prófugo y miren que no es asunto sencillo, porque yo estoy constantemente recorriendo el país… y siempre estoy en plazas públicas y saludo a todos y me tomo la foto con todos”.

A las pocas horas circularon en redes sociales fotografías en las que aparece el tabasqueño con José Luis Abarca y su esposa María de los Ángeles Pineda, #LadyIguala.

¡Pum! ¡Ahí está el delito! ¡Ahí está la prueba!, retumbó el tonto coro de las redes sociales. López Obrador contestó que él se toma fotos con quien se las pide y que quizá también con Abarca. Arreció la tormenta.

Es claro que como figura pública, el dirigente de Morena se saca fotos con miles de personas a quienes no conoce ni identifica. Quizás por ello exageró cuando en el Zócalo proclamó tajante que Abarca ni se le había acercado en tantos actos; tal vez sea dudoso que si está en un mitin en Iguala y se le acerca el candidato de su coalición o, después, el ya presidente municipal, no lo reconozca ni se lo presenten: el alcalde no es cualquier asistente al acto.

Quizás, quizás, quizás.

Pero ese no es el punto. Le hacen un favor a AMLO quienes lo acusan de “portación de foto prohibida” porque desvían la atención de las acusaciones centrales:

López Obrador fue alertado de las actividades ilícitas de Abarca y aun así decidió apoyarlo como candidato. Luego se benefició de su operación política. ¿También del dinero que le metieron a la campaña? López Obrador ungió personalmente como candidato de Morena al gobierno de Guerrero al padrino político y financiero de la parejita de Iguala, Lázaro Mazón. ¿No tiene una responsabilidad política por haber promovido y apoyado al grupo político que ordenó el peor acto represivo contra estudiantes en los últimos 40 años?

López Obrador ha de estar feliz con el debate sobre su foto. Le sirve como cortina de humo, como fantástico distractor.

SACIAMORBOS. Me recuerdan a los fanáticos y robotitos pro-AMLO (los hay en todos los bandos políticos) que se dedican a criticar al presidente Peña Nieto porque no lee, porque su esposa fue actriz, por su acento al hablar inglés y no le dedican sus “agudos misiles” al nulo crecimiento económico, el aumento vertiginoso de los secuestros, etca.

carlosloret@yahoo.com.mx