jueves, 30 de octubre de 2014

octubre 30, 2014
SAN FRANCISCO, California, EE.UU., 30 de octubre.- Las celebraciones en las calles de San Francisco tras el triunfo de los Gigantes en la Serie Mundial se tornaron violentas, con dos personas heridas por arma de fuego y otras dos apuñaladas. La policía fue atacada con botellas en su intento por dispersar a las multitudes.

Al principio, los festejos se realizaron de forma pacífica la noche del miércoles, con los aficionados reuniéndose en las calles y descorchando champaña, bailando y abrazando a desconocidos mientras el equipo ganaba su tercer título en cinco años con un triunfo de 3-2 sobre Kansas City en el decisivo séptimo encuentro.

Aficionados de los Gigantes de San Francisco celebrando junto a un montón de basura en llamas en el distrito de Mission, después de que los Gigantes vencieran a los Reales de Kansas City para ganar la Serie Mundial, el miércoles 29 de octubre. (AP)

"Sabía que iban a ganar. Son los Gigantes. Siempre lo hacen", dijo la nativa de San Francisco, Barbra Norris de 54 años, sobre la victoria del equipo en Kansas City un día después de perder 10-0.


Pero en algunas áreas, el ambiente se tornó más peligroso durante la madrugada. Los aficionados se subieron a los autobuses y quebraron los vidrios de un auto policiaco.

La violencia dejó cuatro personas heridas en incidentes separados, pero aún no se sabía si los tiroteos y apuñalamientos estaban ligados a los desmanes de la Serie Mundial, informó la policía. El Jefe de Policía de San Francisco, Greg Suhr, realizará una conferencia de prensa al respecto.

Agentes de policía San Francisco trabajan para dispersar a una gran multitud. (AP)

Las autoridades señalaron que un hombre de 54 años y una mujer de 19 fueron apuñalados en incidentes separados en el distrito Mission de la ciudad entres las últimas horas del miércoles y primeras del jueves, respectivamente. Se espera que ambos se recuperen totalmente.

Un sujeto de 19 años sufrió una herida de bala en ese mismo vecindario el miércoles, y otra persona llegó a un hospital con un balazo que no ponía en peligro su vida, informó la policía. Al momento no se han realizado arrestos.

Poco después de que comenzaron los festejos, el vocero de la policía, el oficial Gordon Shyy, dijo que se habían hecho "varios arrestos" mientras los aficionados llenaban las calles y bloqueaban el tránsito alrededor del Centro Cívico en el Distrito Mission y la calle Market, a unas pocas cuadras del AT&T Park.

Se le lanzaron botellas a los policías que intentaban dispersar las multitudes y ayudar a los bomberos a apagar pequeñas fogatas, señaló Shyy. Varios oficiales sufrieron heridas leves, pero Shyy no confirmó un número exacto. También informó que uno de ellos fue tratado en el hospital.

El diario San Francisco Chronicle reportó que la zona entre las calles Third y King fue especialmente violenta con miles de aficionados arrojándose cerveza, rompiendo botellas, provocando pequeños incendios y lanzando fuegos artificiales. La policía equipada para motines formó hileras y los revoltosos comenzaron a arrojarles botellas, señaló la publicación.

Las violentas escenas duraron hasta las primeras horas del jueves. Shyy señaló que las multitudes seguían en las calles en algunos sectores y había algunas fogatas cerca de la media noche. Pero para la madrugada del jueves, las masas ya se habían dispersado.

Durante la noche, del otro lado del ayuntamiento de San Francisco, donde las luces exteriores brillaron con el naranja de los Gigantes durante toda la semana, más de nueve mil personas se reunieron en una pequeña plaza al aire libre. La ciudad colocó pantallas gigantes para observar el partido y se vendieron salchichas - pero no cerveza.

"Vienes a sentir el pulso de la ciudad. Cuando es el séptimo juego quieres sentir la energía", dijo Geoff Goselin, de 61 años.

La diversa multitud cantó "Vamos, Gigantes" siempre que sus contrapartes a 2.900 kilómetros de distancia alentaban al equipo local, y cantaron el profético "M-V-P" siempre que el as de los Gigantes, Madison Bumgarner, subía al montículo.

"Bumgarner es una bestia, el mejor", gritó Aden Bacus, de 41 años, luego de que el exhausto pitcher aseguró el último out con la potencial carrera del empate en la tercera base. "Mentiría si te dijera que al final no estaba nervioso".

En medio de los disturbios, el alcalde Ed Lee señaló que la ciudad ofrecerá un desfile de celebración para los campeones el viernes. (AP)