El distinguido historiador yucateco don Serapio Baqueiro conservó durante toda su vida una candidez casi infantil para los asuntos de dinero. Siendo Director de la Escuela Normal de Profesores, se acercó una vez a don Pepe Montes de Oca (que aún no se había graduado de médico y era Prefecto del establecimiento) y le dijo: "Señor Montes, ¿quiere hacerme el favor de cambiarme este peso? ...Aunque sea con otro, porque dicen que éste es falso".
