domingo, 28 de septiembre de 2014

septiembre 28, 2014
HONG KONG / PEKÍN, 28 de septiembre.- Tras una semana de huelga estudiantil para pedir democracia, la tensión estalló este domingo en Hong Kong, donde miles de personas se enfrentaron a la Policía, que se empleó a fondo contra los manifestantes usando por primera vez gases lacrimógenos y espray de pimienta.

Los manifestantes se protegieron con paraguas y máscaras contra los gases lacrimógenos de la policía. (Reuters)

Aunque una gran manifestación pro-democrática estaba convocada para el miércoles, coincidiendo con el Día Nacional de China, los acontecimientos se precipitaron a partir de la medianoche del sábado, cuando miles de personas acudieron en apoyo de un grupo de estudiantes que había invadido el patio de un complejo gubernamental. Para desalojarlos, la Policía había recurrido a la fuerza rociándolos con esprays de pimienta que irritan dolorosamente los ojos. Aguantando su posición, los estudiantes se habían parapetado detrás de paraguas y protegido la cara con rudimentarias cintas de plástico o incluso gafas de buceo.

La Policía antidisturbios lanzó gases lacrimógenos contra miles personas que se manifestaban frente a la sede del gobierno de Hong Kong a favor de la democracia, como parte de la campaña de desobediencia civil. (Reuters)

La indignación por la actuación policial llevó a miles de personas a solidarizarse con ellos, plantándose en la mañana del domingo en el distrito de Admiralty, donde se ubica el complejo del Gobierno regional de Hong Kong. Detrás de esta movilización ciudadana se encuentra el movimiento «Occupy Central» («Ocupar Central»), que amenaza con bloquear el centro financiero y comercial de la ciudad si el Gobierno chino no permite el sufragio universal y la libre participación de candidatos en las elecciones previstas para 2017. Aprovechando la escalada de las protestas estudiantiles, que exigen lo mismo, las fuerzas pro-democráticas de Hong Kong han adelantado la marcha que habían convocado para el miércoles.


El jefe ejecutivo de Hong Kong, Leung Chun-ying, aseguró a la ciudadanía que los rumores de una posible intervención del Ejército chino son falsos. (Reuters)

Las escenas de nubes de gas lacrimógeno y la policía antidisturbios equipados con armas largas, inusuales en este acaudalado centro financiero asiático, ponen en evidencia la incapacidad de las autoridades por aplacar el descontento público por el rechazo de Beijing del mes pasado a la nominación abierta de candidatos bajo las normas propuestas para las primeras elecciones de un líder de Hong Kong, prometidas para 2017. (Reuters)

«El valor de los estudiantes y ciudadanos en sus decisiones espontáneas ha conmovido a mucha gente en Hong Kong. Aun así, el Gobierno ha permanecido impasible. Una vez que la rueda del tiempo ha llegado a este punto, hemos decidido levantarnos y actuar», anunció el movimiento «Occupy Central» en un comunicado. Ahora, su objetivo es bloquear el distrito gubernamental de Admiralty, vecino de Central, en una campaña de desobediencia civil a la que se han sumado muchos universitarios y estudiantes de instituto.

Tras los violentos choques con los antidisturbios, que han sembrado el caos en esta apacible y próspera ciudad, la Policía ha detenido a más de 70 personas, entre ellas numerosos adolescentes. Uno de ellos es Joshua Wong, un líder estudiantil de 17 años que pertenece al grupo Scholarism y es famoso porque hace dos años organizó las protestas contra los planes educativos que el régimen de Pekín quería imponer en Hong Kong para incentivar el patriotismo chino. Un programa que muchos estudiantes consideraban un «lavado de cerebro» de la propaganda para anular la singularidad hongkonesa.

Tras pertenecer durante 150 años a la Corona británica, el Reino Unido devolvió en 1997 esta antigua colonia a China, que prometió el respeto a las libertades de la isla bajo el principio de «un país, dos sistemas». Tras varios años de retrasos, Pekín ha anunciado que permitirá el sufragio universal en las elecciones de 2017 para designar al jefe ejecutivo de la isla, pero entre una serie de candidatos supervisados por un comité afín. Una decisión que ha enervado a los grupos pro-democráticos. Hasta ahora, el máximo responsable político de Hong Kong es elegido por una serie de representantes de diversos sectores sociales y económicos, la mayoría dependientes del poder chino. Aunque esta próspera ciudad de siete millones de habitantes disfruta de más libertades y derechos que el resto de China, los jóvenes hongkoneses han prendido la llama de la democracia y exigen escoger en las urnas a sus líderes políticos sin ninguna intromisión por parte de Pekín. (ABC)