miércoles, 10 de septiembre de 2014

septiembre 10, 2014
PARIS, 10 de septiembre.- El presidente de Francia, François Hollande, ha negado que en privado se refiera a los pobres como "sin dientes" y ha acusado a su expareja y exprimera dama Valérie Trierweiler de mentir en el polémico libro que ha publicado estos últimos días.

"No quiero que se pueda decir o escribir que me burlo del dolor social porque es una mentira que me duele", declaró el jefe del Estado francés en una entrevista concedida al semanario Le Nouvel Observateur y de la que se han publicado algunos extractos, en los que niega que vaya a dimitir. 

El presidente de Francia, François Hollande, con su entonces pareja Valérie Trierweiler en septiembre de 2013. (AP)

En Merci pour ce moment (Gracias por este momento), que en solo cuatro días se ha convertido en récord de ventas del año, Trierweiler analiza su relación y su ruptura con el presidente, el pasado enero, cuando un reportaje fotográfico atribuyó un romance a Hollande con la actriz y productora Julie Gayet.


"Él, el hombre de izquierdas, dice en privado 'los sin dientes', muy orgulloso de su sentido del humor", escribe Trierweiler en uno de los pasajes más polémicos de su libro, publicado por la editorial "Les Arènes".

"Ese ataque contra los pobres, los desfavorecidos, lo he vivido como un ataque a mi vida entera (...). En todas mis funciones, en todos mis mandatos, solo he pensado en ayudar, en representar a los que sufren. Nunca he estado del lado de los poderosos, aunque no sea su enemigo, sé de dónde vengo", declaró Hollande.

Origen humilde de su familia

En la entrevista, el presidente alude al origen humilde de su familia y asegura que ha conocido a gente maltratada por la vida y tan pobre que no podía ni cuidarse los dientes, lo que considera un "signo de la peor miseria".

"A esas gentes, les he tratado, ayudado, apoyado", reitera Hollande, que pocas veces se sincera ante la prensa sobre cuestiones personales.

"Lo que vivo en este momento no es agradable pero, ¿qué quiere usted, que vaya a llorar delante de los franceses, que lloriquee? No soy ni un demagogo ni un actor. Los franceses esperan de mí otras cosas.  Quieren resultados. Mis estados de ánimo no les interesan. Tienen razón", añade el jefe del Estado francés.

El extracto de la entrevista adelantada concluye con una confesión del presidente: "Quiero permanecer en la autenticidad de lo que soy". "Nunca he engañado, nunca he intentado hacer creer que soy alguien distinto de lo que soy", subraya Hollande para defenderse del libro de Trierweiler.

Caída de 10 puntos en popularidad

Hollande registra en estos momentos un apoyo popular del 25%, lo que le supone una caída de diez puntos respecto al pasado julio, con la que ha arrastrado a la valoración dada al primer ministro, Manuel Valls, según un sondeo del instituto demoscópico Ifop.

La encuesta fue realizada los pasados 5 y 6 de septiembre entre 1,007 personas y refleja el impacto negativo de la publicación del polémico libro de Trierweiler, la remodelación del Gobierno el pasado 26 de agosto y las fricciones con una franja crítica del Partido Socialista, que agrupa a los denominados "frondistas".

El sondeo del instituto demoscópico Ifop recalca que su imagen personal se ha visto sensiblemente perjudicada también entre los simpatizantes socialistas, entre los que pierde en un trimestre 19 puntos porcentuales, hasta el 63%.

Valls resiste con el 55% de buenas opiniones entre la ciudadanía pero pierde 6 puntos y pasa del sexto al octavo puesto de los políticos mejor valorados por los franceses.

La primera posición de ese listado es ocupada, según Ifop, por el exministro conservador de Exteriores Alain Juppé, candidato a la presidencia de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) y que gana en esta encuesta cuatro puntos, hasta el 66%.

Pese a la caída de Hollande, este sondeo mejora los resultados del efectuado por TNS Sofres entre el 28 de agosto y el 1 de septiembre, donde solo un 13% le veía capacitado para resolver los problemas del país, 5 puntos menos que en julio, cuando ya estaba lejos de los mínimos de Sarkozy (39%) y de Jacques Chirac (36%). (EFE)