lunes, 15 de septiembre de 2014

septiembre 15, 2014
MÉRIDA, Yucatán, 15 de septiembre.- —Como pocas veces en su historia, nuestra patria necesita de todos nosotros; nos necesita para que el Sol transparente de la paz brille para todos; para que la Luna, espejo del tiempo, nos devuelva las imágenes de todos nosotros, sin hambre, y sin llanto. Hoy diremos una vez más Viva México, con alegría, pero con una devota emoción —manifestó el C.P. Gonzalo Navarrete Muñoz, cronista de Mérida, en su participación como Orador Huésped en la sesión solemne de Cabildo con la que se conmemoró el 204 aniversario del inicio de la gesta que culminó con la independencia del país.

En la Sesión Solemne de Cabildo, don Gonzalo Navarrete Muñoz paseó imaginariamente a los asistentes al auditorio Silvio Zavala Vallado por las calles meridanas de la época insurgente.

—Un hombre sólo tiene una patria: la tierra donde están enterrados sus muertos —expresó—. Mi tierra sigue siendo sagrada, como los huesos de mis mayores que son polvo de su polvo. Un hombre sólo tiene una patria. Es la tierra en la que puede descansar su fatiga y, mientras lo hace, hablar a los que lo escuchan y oír a los que le hablan. Un hombre sólo tiene una patria: es la tierra donde el Sol se desvela por él y por los suyos para hacer un nuevo día.


—México es nuestra patria —recalcó—. Tres sílabas luminosas y eternas que nos describen y que hoy nos llaman.

El orador huésped se refirió al peliagudo asunto de las tentativas separatistas de Yucatán que propiciaron que (el gobierno federal) “destazara” su territorio.

En una intervención amena, matizada de recuerdos y que reflejó los conocimientos del participante, tanto de la historia del proceso independista y de la resonancia que tuvo en tierras yucatecas, Don Gonzalo paseó imaginariamente a los asistentes al auditorio Silvio Zavala Vallado del Centro Cultural Mérida Olimpo, por las calles meridanas de esa época, explicó los motivos de la estatua de El Monifato que se hizo en honor del rey español Fernando VII, por los hechos destacados, por las decisiones tomadas por los líderes locales de entonces, del recelo de los yucatecos hacia los del Altiplano, de un escudo que une a los mexicanos pero cuyo origen no tiene nada que ver con estas tierras ni con el resto del país, excepto en las del dominio mexica.

El alcalde Renán Barrera Concha entrega un reconocimiento al cronista Navarrete Muñoz.

Destacó que en Yucatán nunca hubo un ánimo muy favorable a la Independencia, tanto que “hasta recelamos del acta definitiva porque perjudicaba el comercio con Cuba, que entonces era una colonia española”.

También se refirió a las tentativas separatistas de Yucatán que propiciaron que “destazaran” su territorio.

Recordó a “ese mexicano excepcional que fue don Andrés Quintana Roo, presidente del Congreso de Chilpancingo, redactor del acta de Independencia y esposo de doña Leona Vicario”.

El C.P. Navarrete Muñoz rememoró que, en sus orígenes, “el llamado grito de Independencia”, se daba en Yucatán tras una sesión solemne de Cabildo.

—Aquí, en el Palacio Municipal, repicaban las campanas y se lanzaban los gritos de libertad —precisó—. En los años 40 se hizo el cambio al Palacio de Gobierno. La razón histórica y moral de esta sesión del Cabildo meridano es proclamar que aceptamos la independencia nacional y que es favorable a la felicidad y a la prosperidad de todo el pueblo.

La reseña con motivo del aniversario del inicio de la Independencia Nacional estuvo a cargo del regidor Lic. Jorge Alberto Dogre Oramas, en tanto que la presentación del orador huésped, por el regidor Juan Barea Canul.