miércoles, 20 de agosto de 2014

agosto 20, 2014
BARCELONA, España, 20 de abril.- Luis Suárez confesó que sufrió de depresión y que buscó ayuda profesional luego del incidente del mordisco que propinó a un adversario en la Copa del Mundo, y que le valió una larga suspensión de las canchas.

El nuevo delantero del Barcelona prometió que no volverá a incurrir en semejante conducta, al hablar ayer en conferencia de prensa por primera vez desde aquel incidente en el partido entre Uruguay e Italia por la primera ronda del Mundial, en el que mordió el hombro de Giorgio Chiellini.

El FC Barcelona se impuso al Club León FC mexicano en el 49º Trofeu Joan Gamper (6-0) en una fiesta que se inició con varias actividades para los aficionados, con la presentación del cuerpo técnico y plantilla y que se culminó con un partido de altibajos con destellos de mucha calidad, con goles de Messi, Neymar (2), Munir (2) y Sandro y el debut de Luis Suárez para poner el broche, además del homenaje al exblaugrana Rafa Márquez.

"Quiero olvidar ese partido: a los aficionados les diría que no se preocupen, que no lo haré nunca más", aseguró Suárez en su presentación oficial con el Barcelona. "La sanción es la que es y hay que aceptarla. Sobre si he tomado medidas para evitarlo en el futuro, es un tema privado, pero sí aclaro que he tratado con los profesionales adecuados. Si me pongo a pensar en todo ello no puedo dormir, y ahora duermo muy tranquilo", reveló.


"Esos días estaba muy deprimido y no tenía ganas de hacer nada. Pedí perdón y ahora quiero pensar en el presente. Me preocupé por si afectaría el fichaje, claro. Pero sobre todo, por lo que había hecho. Trato de borrarlo: lo pasado, pisado", cerró.

La FIFA suspendió a Suárez por cuatro meses, una sanción que evitó que fuese presentado cuando fue transferido del Liverpool al Barcelona. Con la selección uruguaya está sancionado por los próximos ocho partidos oficiales, lo que hará que se pierda la Copa América de 2015.

El Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) confirmó la semana pasada la sanción, aunque le permitió volver a entrenarse con su club y participar de actividades promocionales.

"Quiero agradecer la confianza del club, el entrenador y la gente en mí. Jugar en el Barcelona es un sueño desde chico y estoy muy orgulloso", aseguró.

El uruguayo no podrá volver a saltar a la cancha con el Barcelona hasta el 24 de octubre, justo previo al primer clásico de la temporada en la liga española, contra el Real Madrid. (El Universal / Repubblica)