Bajo Reserva | Periodistas EL UNIVERSAL | 6-VIII-14
EL PEQUEÑO Andrés, como se le conoce en el mundo de la política, se fue haciendo más pequeño y pequeño en la tribuna del Senado. Con la mirada gacha y el rostro enrojecido, el senador perredista Fernando Mayans Canabal fijó este martes su postura ante las leyes secundarias en materia de energía y, aunque Andrés Manuel López Obrador no lo crea, habló a favor del nuevo marco jurídico, relacionado con los fondos del petróleo que recibirán los gobiernos estatales. El Pequeño Andrés lo hizo ante el asombro del coordinador del grupo perredista, Miguel Barbosa, y los aplausos de legisladores priístas y panistas. Al final, el gobernador tabasqueño Arturo Núñez ganó la partida a AMLO para que Mayans apoyara en el pleno la reforma energética. ¿Vendrá pleito en el Edén?
EL PEQUEÑO Andrés, como se le conoce en el mundo de la política, se fue haciendo más pequeño y pequeño en la tribuna del Senado. Con la mirada gacha y el rostro enrojecido, el senador perredista Fernando Mayans Canabal fijó este martes su postura ante las leyes secundarias en materia de energía y, aunque Andrés Manuel López Obrador no lo crea, habló a favor del nuevo marco jurídico, relacionado con los fondos del petróleo que recibirán los gobiernos estatales. El Pequeño Andrés lo hizo ante el asombro del coordinador del grupo perredista, Miguel Barbosa, y los aplausos de legisladores priístas y panistas. Al final, el gobernador tabasqueño Arturo Núñez ganó la partida a AMLO para que Mayans apoyara en el pleno la reforma energética. ¿Vendrá pleito en el Edén?
VAYA ESPALDARAZO que le dio el presidente nacional del PRI, César Camacho Quiroz, al llamado Príncipe de la Basura, Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, a quien se acusó de crear una red de servicios sexuales con dinero de los contribuyentes. Con el dicho de don César —quien de plano dejó la puerta del partido abierta de par en par a Gutiérrez de la Torre— quedaron atrás los tiempos en que se declaró que el partidazo no lo protegería. En el pasado dejaron los amagos del proceso de expulsión y la versión de una negociación para que el príncipe dejara la dirigencia del PRI-DF. Algunos miembros del partido apuntan a que el proceso para decidir si es o no expulsado del partido esté a buen resguardo en el fondo de un cajón, nos dicen.
NI SE LE OCURRA pensar que la desaparición mediática del líder nacional del PRD, Jesús Zambrano, en medio de la batalla y el debate de las leyes de energía, tiene que ver con una negociación para dejar el camino libre al PRI y al PAN en el Congreso. No señor, don Jesús estuvo fuera de los reflectores por razones de salud. El presidente perredista, nos dicen, se recupera de una intervención quirúrgica en un brazo y pronto estará de regreso al escenario de la política. Para cuando ello ocurra, seguramente el jefe del Ejecutivo habrá promulgado la tan ansiada reforma energética. Y, por favor, que nadie recurra a sospechas sin fundamento.
CUATRO PERREDISTAS están en busca de presidir la mesa directiva de la Cámara de Diputados. El año legislativo, que comienza el primero de septiembre próximo, inicia con un supuesto enroque en la conducción de San Lázaro y tocaría el turno al PRD. El actual coordinador de la bancada perredista, Silvano Aureoles, se alista para ocupar el puesto y con ello hacer escala en su viaje a la candidatura para el gobierno de Michoacán en 2015. Sin embargo, hay otros tres diputados que también están buscando la silla: Fernando Zárate, Aleida Alavez y Miguel Alonso Raya. Los diputados amarillos buscan por separado el apoyo de todas las tribus perredistas, nos cuentan.
EL PILOTO mexicano Sergio Checo Pérez no dejó meter el acelerador al presidente Enrique Peña Nieto, cuando ambos circulaban por el nuevo libramiento de Coatepec. El mandatario invitó al corredor a la inauguración de esa obra en la zona cafetalera de Veracruz. El joven Checo viajó a bordo del avión Presidente Juárez, hizo honores a la bandera al lado del mandatario al descender en la Base Aeronaval de Veracruz, estuvo en el presídium y fue copiloto del jefe del Ejecutivo. En el vuelo de regreso se le preguntó al presidente Peña qué le había dicho Pérez sobre su forma de conducir. “No me dejó correr”, respondió. El piloto devolvió la cortesía con un: “el Presidente maneja con mucho talento”.
