lunes, 4 de agosto de 2014

agosto 04, 2014
Armando "Catón" Fuentes Aguirre

Dos amigos se encontraron después de mucho tiempo de no verse. Uno le preguntó al otro: “¿A qué te dedicas ahora?”. Respondió el otro: “Soy valet personal de Tetona la Pomponona, esa vedette de moda que tiene erguidos senos de valkiria y opulentas caderas como aquellas que al gran pincel de Rubens fueron gratas”. (NOTA: Esta descripción la saqué de la novela “La virgen desnuda”, de José María Carretero (a) El Caballero Audaz). Preguntó el amigo: “Y ¿qué haces para ella?”. Dijo el otro: “Por 100 pesos diarios la ayudo a vestirse y desvestirse”. Opinó el primero: “No es mucho dinero”. “Tienes razón -reconoció el sujeto-. Pero no puedo darle más”... Don Languidio Pitocáido les contó a sus amigos: “Me inscribí en un club nudista. ¡Qué experiencia tan desagradable!”. “¿Por qué?” -le preguntaron. Respondió, mohíno, don Languidio: “Cuando salí sin ropa todos me saludaron: ‘¿Cómo está usted, señora?’”... En la clase de zoología el maestro les preguntó a los niños: “¿Cuál es el animal que da las mejores pieles?”. “El armiño” -respondió Juanito. “El zorro plateado” -contestó Pedrito. “La chinchilla” -opinó Manuelito. Levantó la mano Rosilita y dijo: “Los hombres”... Don Algón le dijo a la hermosa chica: “Ya sé que no soy precisamente un jovencito, señorita Susiflor, pero hay un corazón ardiente que late por usted dentro de esta chequera”... Doña Tebaida Tridua, dama de sociedad y defensora de la pública moral, visitó cierta mañana un laboratorio de biología. Miró por el ocular del microscopio y vio un grupo de células en movimiento. “¿Qué hacen?” -le preguntó al encargado. Contestó el hombre: “Se están reproduciendo”. “¡Qué descaro! -se escandalizó doña Tebaida-. ¡A plena luz del día!”... La ecuación es muy sencilla: a menor calidad educativa más atraso. Los estados del país en que la nociva CNTE predomina tienen amenazado su futuro. Quienes integran esa agrupación no son luchadores sociales, ni revolucionarios. Integran una organización manejado por ganapanes que han hecho de la politiquería y de la agitación su modus vivendi, y que se dedican a la tarea de obtener, utilizando ilegales medios de presión, ventajas y privilegios para ellos y para sus allegados. De nada valen los esfuerzos de la SEP, de los padres de familia y de los verdaderos maestros para dar educación a los niños y jóvenes de las entidades donde la CNTE opera. Los líderes y sus obedientes mesnadas boicotean cualquier medida tendiente a mejorar la calidad de la educación. La culpable complacencia y lenidad de las timoratas autoridades locales -tal es el caso de Oaxaca- agravan aún más la situación. ¿Y la niñez y la juventud? Que se jodan si me es permitida esa ática expresión. Todo con tal de no tener problemas... En la escuela de animales el conejito y la conejita andaban mal en aritmética. La profesora los dejó en el salón después de clases a fin de que hicieran algunos ejercicios matemáticos. Al regresar los halló en un ejercicio diferente: el conejito estaba sobre la conejita. “¡Santo Cielo! -prorrumpió la maestra-. ¿Qué es esto?”. Respondió el conejito: “¿No nos dijo que practicáramos la multiplicación?”... El banco fue asaltado. Cuando los asaltantes se retiraron el gerente tomó el teléfono y llamó a la policía. Después le dijo a su linda secretaria: “¿Me acompaña al baño, por favor, señorita Rosibel? Necesito su ayuda. Tengo que hacer pipí, y los de la policía me dijeron que no toque nada hasta que ellos lleguen”... Una turista oriental viajaba por España. Conoció en Sevilla a un torero de gran fama, Curro de Hatrás, que la invitó a conocer su cortijo. Cuando la mujer llegó a la finca el famoso diestro le mostró unos cachorros muy lindos que había comprado. Sucedió que esa noche, primera que la muchacha pasaba en el lugar, los cachorros estuvieron gañendo y aullando sin cesar, pues los habían separado de su madre. Así la visitante no pudo pegar los ojos en toda la noche. A la mañana siguiente el mayoral del cortijo le preguntó cómo había pasado la noche. “Muy mal -respondió la oriental con su peculiar modo de hablar, consistente en pronunciar la ere como ele-. No me dejaron dormir los perritos del Curro”. “Pues, hija -le dijo el mayoral-. Cuestión de depilarse”. (No le entendí)... FIN.