jueves, 14 de agosto de 2014

agosto 14, 2014
Eduardo Ibarra Aguirre / Utopía 1431 / 15-VIII-14

Muy buenos resultados en materia de seguridad pública en la zona centro del país, obtenidos en el primer semestre del año respecto al mismo de 2013, presentó el secretario de Gobernación. Y son del siguiente orden y alcance:

El homicidio doloso en la región (Distrito Federal, estado de México, Guerrero, Hidalgo, Morelos, Puebla y Tlaxcala), disminuyó 32 por ciento, los asesinatos vinculados a delitos federales bajaron 34 por ciento. El secuestro tuvo una reducción de 18 por ciento, la extorsión de 27 por ciento, el robo en general 9 por ciento, de vehículos 11 por ciento, en casa-habitación 21 por ciento y a transeúnte 21 por ciento.

Son bastante alentadoras las cifras dadas a conocer por Miguel Ángel Osorio y no tengo razones para ponerlas en duda, pero sí para recordar que el 28 de julio valoramos el informe del Sistema Nacional de Seguridad Pública, dependiente de Gobernación, que mostraba que en Michoacán, entre enero y mayo de 2014, en comparación con el mismo lapso de 2013, continuó el incremento de casi todos los delitos y sólo hubo una ligera baja –de menos de 2 por ciento– en el robo con violencia.

Con lo anterior desmintieron, en forma involuntaria, las cifras y juicios del principal inquilino de Los Pinos y de Osorio Chong, que viajan con frecuencia a las martirizadas tierras michoacanas para pronunciar discursos rebasados por la realidad, pero que Televisa difunde hasta el hartazgo en Forotv, el canal menos excluyente del gigantesco consorcio de 13 de los 40 plutócratas, incluido Germán Larrea Mota-Velasco al que tanto maquilla.

La mayoría de los mexicanos apuestan por la seguridad pública, la desean para abatir la angustia que padecen, pero difícilmente se incrementará en forma sustantiva mientras la economía crezca a cuentagotas pese al desembozado reformismo de los últimos 20 meses, la generación de empleos no sea generalizada y la precarización del trabajo deje de ser una constante estructural. También mientras el éxito personal a costa de la familia, la comunidad y el país siga como referente esencial de los mexicanos y la autodenominada clase política asalte el presupuesto y los bienes del país, así como la plutocracia multiplique utilidades a la sombra del poder público hasta extorsionarlo.

Mas una variante menos orgánica al modelo del capitalismo salvaje o de compadres que depreda al país y sus habitantes, es la deserción de hombres y mujeres que capacita el Estado para las tareas de seguridad pública, aunque sus funciones constitucionales son de otra naturaleza.

El Ejército y la Marina, por ejemplo, de acuerdo con el general y posdoctor Francisco Gallardo, sufrieron deserciones en sus filas de 250 mil de los 300 mil elementos que los integraban durante 2006-12, el periodo de la histeria discursiva con la guerra contra el narcotráfico.

La Comisión Nacional de Seguridad Pública informa que en la Policía Federal renunciaron o fueron dados de baja más de 13 mil agentes en poco más de 13 años.

Son hombres y mujeres preparados en el manejo de las armas y las técnicas para cumplir las tareas que sus mandos les asignen. Y sin empleo es comprensible que la experiencia y el conocimiento adquiridos lo pongan al servicio del mejor postor privado, lícito e ilícito.

Allí está la terrible experiencia de los Grupos Anfibios de Fuerzas Especiales y los Grupos Aeromóviles de Fuerzas Especiales que fueron cooptados por Osiel Cárdenas para formar a Los Zetas como su poderosísimo cuerpo de seguridad.

Deserciones que mientras no sean abordadas como un problema de la primera importancia, el Estado es una escuela para abastecer de material humano preparado al crimen organizado.

Acuse de recibo

“(…) Otro hecho estremece e indigna ahora al gremio, es el asesinato de Octavio Rojas Hernández, a quien acribillaron en su casa en Cosolapa, Oaxaca, zona limítrofe con el estado de Veracruz, y quien además escribía notas de la fuente policiaca para El Buen Tono, en Córdoba, Veracruz. Recibió disparos con un arma calibre 9 milímetros, trabajaba además en el área de prensa del ayuntamiento de Cosolapa. (…) Calan hondo estas agresiones, estos asesinatos, y pienso que debería haber una colaboración entre las procuradurías de Oaxaca y Veracruz”. Nidia Sánchez Hernández, colega de Xalapa, es la autora de la denuncia… Al maestro Enrique Herrera Bruquetas le deseo una pronta y efectiva recuperación en su salud… De la médica Abigail Bello Gallardo: “Por mi parte, estoy a favor de la consulta ciudadana acerca de la reforma energética. No me da confianza que empresarios extranjeros vengan a encargarse de nuestro petróleo y sus derivados, para ello, muchos de los empresarios mexicanos ‘se pintan solos’, y con algunos de ellos tenemos suficiente para perjudicar desde nuestros ecosistemas hasta los salarios y prestaciones de los trabajadores”… Terminó el ciclo vital de José Carlos Robles Montaño, colega y promotor del diálogo y el debate entre sus pares y amigos. Un fortísimo abrazo a los suyos.