viernes, 29 de agosto de 2014

agosto 29, 2014
CIUDAD DE MEXICO, Distrito Federal, 29 de agosto.- Para que una Reforma Educativa multiplique su efecto, debe estar al lado de una Reforma Social. “No nos engañemos, la educación no lo resuelve todo”. La escuela “no puede hacer maravillas” en un país como México o los de Latinoamérica, en donde hay alta desigualdad, analfabetismo, abandono escolar y un bajo promedio educativo en gran parte de la población, asegura Álvaro Marchesi, secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI).

Para el diplomático experto en educación, en nuestro país como en otras naciones centroamericanas existen escuelas y condiciones sociales del siglo XIX que deben pasar al siglo XXI, y en ello “no podemos dedicar 100 años. Necesitamos recuperar en 10 años la desigualdad que en 50 años no pudimos resolver”.

Alvaro Marchesi.

Anuncia que la OEI apoyará a México para llevar electricidad a las escuelas más pobres del país.

Previo al inicio de la asamblea general de la OEI en nuestro país, donde se reúnen ministros de Educación de 21 países, el diplomático dice en entrevista que la Reforma Educativa de México “ha desatado los cuellos de botella” que dificultaban el avance en el sistema.

Sobre el impacto del encarcelamiento de la ex líder del SNTE, Elba Esther Gordillo, Marchesi dice que a partir de la Reforma Educativa se situó “en sus justos términos el papel de los sindicatos, del gobierno y las instituciones”.

Considera que el sistema educativo de México avanzó en atender rezagos como el analfabetismo, el abandono escolar, en incrementar las oportunidades educativas o mejorar la calidad de la educación, pero “no lo que nos gustaría”.

¿México y Latinoamérica cumplieron los objetivos que se plantearon para reducir el rezago educativo?

Hay elementos positivos: la inversión en Iberoamérica en educación ha aumentado en todos estos años, inclusive cuando la inversión en educación como porcentaje del PIB se ha mantenido constante en 5.2% o 5.3%, pues eso implica que la inversión real ha crecido casi 10% cada año. Significa que la educación ha tenido recursos importantes del 2009 al 2013, a pesar de la crisis económica global. Las tasas de analfabetismo se han reducido: en el 2009 estábamos cerca de 9%, ahora en 6%, en promedio, aunque es engañoso porque hay países como México que están en 6% y otros en 15% o 17%, como los centroamericanos, y otros en 2%. Con el analfabetismo, el abandono escolar y el nivel educativo de gran parte de la población, la escuela no puede hacer maravillas. A la educación le queda más por recorrer.

“Las tasas de acceso a la educación se han incrementado poco a poco, más alumnos en la educación básica, media y universitaria, poquito a poco se ha mejorado. Lo mismo se han ampliado las tasas de formación del profesorado”.

También hay una ola de países que emprendieron reformas...

Hay que hacer reformas educativas y reformas sociales.

¿La una sin la otra sirve?

Sirve, pero menos. Todo sirve, pero si usted quiere multiplicar el esfuerzo, la reforma educativa tiene que estar al lado de las reformas sociales.

¿Qué opina de la reforma educativa que ha emprendido México?

Es una reforma, desde mi punto de vista, bien orientada. Toda reforma tiene sus dificultades. No nos engañemos, no pensemos que en una sociedad como la mexicana y la latinoamericana, que es muy desigual, con grandes diferencias entre los Estados, en los contextos sociales y minorías, la educación es la que resuelve todo. Hay que tener en cuenta que hay que remover todos los obstáculos para que haya mayores niveles de igualdad en la sociedad, para el acceso a la educación y para recibir las ventajas que la reforma plantea.

¿Dónde tenemos los retos fundamentales?

En las desigualdades. Las diferencias entre los sectores sociales más elevados y más pobres, en las zonas urbanas y rurales, entre colectivos clase media, originarios y afrodescendientes, continúan. La desigualdad social que hay en Latinoamérica se mantiene en la educación. Latinoamérica tiene que hacer un enorme esfuerzo para elevar el nivel social y cultural de la población y crear condiciones adecuadas en las escuelas para romper o reducir las brechas. Por eso los estudios internacionales que comparan los resultados de las competencias de matemáticas o lenguas de los estudiantes muestran grandes diferencias (...) con países más desarrollados”.

Previo a regresar a España, Marchesi dice que una forma de atender la desigualdad es llevar electricidad a cada escuela y hacerlo puede costar 6 mil dólares. Anticipa que en cuatro años se puede terminar este proceso en planteles de CONAFE en México.

¿Dónde queda la búsqueda de la calidad de los sistemas?

Hoy hay más calidad que hace cinco años, hemos avanzado poco. Las políticas de calidad deben ser sostenidas.

Al mismo tiempo que México inició una Reforma Educativa, hubo acciones político-sindicales: Elba Esther Gordillo está presa. ¿La OEI advierte un cambio en la forma como opera el gremio docente?

No he seguido el tema, lo he visto en la prensa. Entiendo que buena parte de las iniciativas que se están desarrollando tratan de situar en sus justos términos el papel de los sindicatos, del gobierno y las instituciones (...) Lo que se está haciendo, de deslindar los campos, está bien; que los trabajadores defiendan los intereses de los maestros me parece legítimo, pero que el gobierno y la SEP establezcan las normas que deben ser de obligado cumplimiento, negociadas y acordadas pero representando a toda la sociedad y no sólo a un sector, me parece positivo.

¿Cómo hacer para que las evaluaciones a maestros no los estigmatice?

Yo no creo que la evaluación los estigmatice, siempre que se haga bien, y creo que se va a hacer bien en México, conozco bien al Instituto de Evaluación y a los que deciden. Al revés: la evaluación puede ser un instrumento para revalorizar a los maestros. (El Universal)