sábado, 9 de agosto de 2014

agosto 09, 2014
MÉXICO, 9 de agosto.- A pesar de que el cáncer cérvico uterino es el más prevenible y detectable, cada año se registran en el país 12 mil 500 nuevos casos y cinco mil 700 mujeres en México mueren a causa de esta variante del cáncer revelaron cifras presentadas por la Asociación Mexicana de Lucha contra el Cáncer con motivo del Día Nacional del Cáncer Cérvico Uterino.


En conferencia de prensa, Mayra Galindo, directora general de la asociación, indicó que 99.7 por ciento de los casos de cáncer de cérvix y útero son causados por el virus del papiloma humano (VPH), cifra que afirmó, puede interpretarse como una falta de información y de cuidados de muchas mujeres, quienes jamás se realizaron revisiones médicas hasta que el virus detonó síntomas y signos en una etapa tardía, cuando este provoca cáncer. En el caso de los hombres, añadió, al ser asintomático, el cuidado es nulo aun cuando aparezcan en algunos casos verrugas genitales.

Mirella Vázquez Rivera, vicepresidenta de la Asociación Mexicana de Infectología Pediátrica, explicó que alrededor de 50 por ciento de las personas sexualmente activas se infecta alguna vez en su vida de VPH, la infección de transmisión sexual (ITS) más común en el mundo, que en apariencia al “quitarse sola”, no se le pone mucha atención y no se miden las consecuencias futuras.

Sin embargo, la también maestra en ciencias indicó que este virus tiene cierta predilección por algunos tejidos como los de las mucosas, lo cual provoca que al alojarse allí, al paso del tiempo detone síntomas y signos como la aparición de verrugas genitales o en el ano, si el contacto sexual fue en esta parte de cuerpo.

La docente de la Universidad Autónoma de México indicó que  existen cuatro variantes del virus que se transmiten por medio del contacto sexual, la 6 y 11, más común en hombres y cuya principal manifestación son la aparición de verrugas en el pene, vagina o ano, y la 14 y 16, que afectan más a las mujeres y cuya presencia en el cérvix y el útero provoca la detonación de oncogenes, genes que contribuyes a convertir células normales en células cancerosa, y la aparición del cáncer en esta zona del cuerpo.

La especialista comentó que cuando aparece una verruga en la zona genital o anal es necesario acudir de manera inmediata al médico, púes a pesar de que la voz popular dice que se quitan solas, su aparición significa que el individuo es un foco de infección latente y cualquier contacto sexual con otra persona provocaría una nueva infección debido a la alta capacidad del virus para infectar.

Además, en el caso de las mujeres, es el indicativo de la presencia del virus en la zona del cuello y útero y al paso del tiempo podría desarrollar cáncer en dichas partes.

Prevención

Ante registros como que 80 por ciento de las mujeres mexicanas se infectan alguna vez en su vida de VPH, Mayra Galindo indicó que una constante revisión médica, equivalente a la realización de al menos una vez al año de un estudio de Papanicolau, para las mujeres, y la posibilidad de la aplicación de la vacuna contra el virus, en el caso de hombres y mujeres, podrían ser los primeros pasos para  disminuir las cifras de cáncer cérvico uterino en México y de ITS relacionadas con el virus.

Además, enfatizó, se deben derribar mitos como que si se aplica la vacuna, ya no son necesarias las revisiones médicas o que si la vacuna sólo es aplicable para mujeres o que sólo es efectiva para las mujeres que no han tenido relaciones sexuales.

De acuerdo con Galindo, si bien existen pruebas que ayudan a detectar la presencia del VPH, lo más recomendable es aplicar la vacuna para reducir la posibilidad de una infección a futuro.

Al respecto, Vázquez Rivera indicó que las mujeres pueden comenzar a vacunarse desde los nueve años y hasta los 45, en cualquiera de las dos posibilidades, vacuna bivalente (para subtipos 14 y 16) o la tetravalente (para subtipos 6,11,14 y 16), sin importar si han tenido o no relaciones sexuales.

En el caso de los hombres, portadores naturales asintomáticos del virus, se les puede comenzar a vacunar desde los nueve años. Sin embargo, para este sector de la población, la única vacuna aprobada y efectiva es la tetravalente.

En ambos casos, afirmaron las expertas, se deben aplicar las tres dosis para que la protección sea efectiva.

Además de la vacuna, consideraron necesario el uso adecuado del condón en cualquier tipo de práctica sexual (oral, anal o vaginal) ya sea homosexual o heterosexual.

Las expertas indicaron que el sector masculino debe involucrarse más en las tareas de prevención del papiloma humano, ya que, si bien el mayor grupo poblacional afectado es el de las mujeres, la evidencia científica recabada en Australia, país que ha implementado políticas públicas en la materia, mostró que la vacuna contra el VPH previene al individuo de los subtipos que causan tumores de pene y cáncer anal, sobretodo en el sector de los hombres que tienen sexo con otros hombres.

Jornada de reflexión

Como propuesta por parte de la sociedad civil organizada, el 9 de agosto se celebra el Día Nacional del Cáncer Cérvico Uterino a fin de reflexionar sobre este padecimiento que a pesar de ser prevenible es una de las principales causas de muerte de mujeres en México.

Entre los pendientes en la materia esta la implementación de políticas públicas en la materia, la inclusión del sector masculino en dichas políticas, pues hasta el momento sólo en el DF es posible vacunar a los niños de manera gratuita, y generar cambios culturales para evitar que continúe el pensamiento de que aplicarle a una joven la vacuna contra el VPH es darle permiso para que tenga relaciones sexuales.

Asimismo, en torno a los mitos que cuestionan la vacunación contra el virus del papiloma humano, un estudio reciente publicado en la edición de agosto de la revista científica The Lancet por parte del Ministerio de Salud de Australia afirma que a seis años del comienzo del Programa de Vacunación se ha detectado una disminución sustancial (86 por ciento) de la presencia de las variantes del virus para los cuales esta diseñada la vacuna tetravalente en aquellas mujeres vacunadas, una menor prevalencia de la presencia de estos genotipos en las mujeres no vacunadas, y una disminución de la presencia de genotipos del VPH asociados a los atacados por la vacuna.

De acuerdo con los científicos australianos, estos resultados podrían sugerir la generación de una inmunidad grupal a partir de la implementación del Programa Australiano de Vacunación. (Leonardo Bastida Aguilar)