miércoles, 23 de julio de 2014

julio 23, 2014
MICHOACÁN, México, 23 de julio.- Rosa del Carmen Verduzco, la infame "Mamá Rosa", concedió una entrevista al periodista León Krauze, a quien confiesa cómo le pegaba a los niños bajo su cuidado en el albergue "La Gran Familia", que generó gran revuelo cuando se dieron a conocer sus condiciones infrahumanas.


La entrevistada, quien fue detenida por fuerzas federales en días pasados pero al parecer ahora está confiada en que gozará de impunidad por su avanzada edad, también habla de cómo usaba a los niños para limpiar su casa, los mantenía encerrados con barrotes, los obligaba a pedir limosna y se negaba a devolverlos a sus padres aunque éstos quisieran regresar a casa.

El periodista entrevistó para la cadena Univisión Los Angeles —cuya reproducción parcial fue autorizada a publicarse en EL UNIVERSAL— a esta controvertida mujer, quien el próximo 24 de agosto cumplirá 80 años:

Rosa, se ha dicho que su disciplina era muy severa.

Yo soy dura en la vida.

¿Por qué?

Pues me hice dura. Y yo sé que sin disciplina no hay nada. ¿Quieres ir a la escuela? ¿No? Pues te me vas a la escuela a la voz de ya. Si trabajas o no trabajas en el salón ese es problema del maestro, de la SEP, pero mi problema es meterte y sentarte en el banco. Si te duermes, no es mi problema. Pero como tu madre yo te meto a la escuela.

¿Ese tipo de disciplina incluía golpear a los niños?

Uy, yo era muy buena para el soplamocos (se da una leve cachetada), para el sopapo.

¿Por qué cree usted que eso es parte importante de la disciplina con los niños que usted tenía?

Pues porque también es parte importante de una línea afectiva.

Explíqueme…

¿Tú has oído el dicho “si no pegas no quieres”? No porque los corrigiera los iba a dañar.

¿Cómo era un castigo, entonces?

Si tú te portabas mal en la escuela, te reportan y te sacan a hacer sentones (sentadillas) en el patio principal delante de toda la gente.

Como militar… Entonces, ¿la manera de mantener el orden es la mano dura?

Sí. Mira, si yo voy al comedor y un chiquillo me dice “fulano se agandalló mi pan”. Yo lo diviso, lo saco del comedor. Y me puede decir “ya le voy a regresar el pan”, yo le contesto: gracias, pero te sales y ahora yo me agandallo tu lugar.

¿Usted les daba comida caduca?

Vivimos en dos mundos diferentes. El mundo que come en Sanborn’s o en los restaurantes muy famosos y el mundo que come las tortillas frías, los frijoles, en un piso de tierra. La gente que tiene un nivel de vida muy alto piensa que tomar un refresco vencido es muy malo. Yo apenas llevo comiendo así 80 años y me encuentro sana.

¿Algunas cosas estaban caducas pero no las básicas, entonces?

Luego nos llevan muchas cosas que ni nos sirven y las tenemos ahí. Nuestro error fue no tirarlas.

Y eso daba un aspecto de caos, Rosa.

Así es. Nos faltó gente para estarlas sacando en cuanto las llevaban.

¿Quién hacía la limpieza en la casa?

Los niños. Había encargados por secciones.

¿Entonces toda la limpieza de la casa la hacían los propios habitantes de la casa?

Sí.

¿Eso fue un error, piensa usted?

No. Pienso que hay que enseñarse a servir a los demás desde el principio.

La casa estaba muy sucia: había chinches, ratas

¿No has visto tú una rata en tu casa? No era diferente a la vida de la ciudad. Lo que pasa es que una persona que luce una bolsa Cartier le va a parecer que mi falda es corriente.

La ropa. Había bodegas con ropa nueva…

En septiembre les damos la ropa para el curso. Los zapatos los cambiamos cada semana, los sábados. Pero si tú lo rompes con un cutter o si los pierdes es tu problema. No te van a dar zapatos nuevos para que te vayas otra vez y le metas el cutter y lo despegues. Te vas a esperar a que a otro se les acabe.

¿Usted les hacía pedir limosna?

Nosotros hacemos una colecta anual para recabar alrededor de un millón en feria. Los niños van por las banquetas y van llevando lo que la gente nos da. Eso sí hacíamos con diez niños que casi siempre eran los mismos.

Se dice que tenían una tienda de raya…

Los niños podían comprar cosas con vales y podían comprar lo que quisieran. Paletones, malvaviscos o hasta jabón.

¿Por qué los dormitorios tenían barrotes?

Teníamos hombres y mujeres. Mis chavos no son santos. No me voy a correr el riesgo de que las embaracen a todas. Los salones de clases también tienen barrotes para que no se metan a robarse los materiales.

¿Pero se ve como una cárcel?

Puede ser. No los dejábamos andar mucho en la calle pero adentro estaban libres.

¿Y por qué no los dejaban salir con toda libertad?

Porque son muy proclives a la droga y a todas esas cosas.

¿Por qué quería usted que le cedieran la tutela en un contrato notariado?

En primer lugar porque este no es un internado ni una guardería de que te llevo en la mañana y voy por ti en la tarde. Somos una familia. No vamos a estar rompiendo diario la vinculación con la familia. Ya vinieron por fulano, ya vinieron por mengano. A quien se los quería llevar les decíamos que hiciera una petición por escrito que se iba a considerar y le decíamos que tenía que pagar los gastos del niño dentro de la institución, que nunca excedieron de 20 o 30 pesos al día. Y ese dinero era ingresado a la institución.

Pero a ver, si usted aceptó un niño de 7 años y una madre llega nueve años después y dice “bueno ya quiero a mi hijo”.

No se lo doy.

¿Por qué?

Porque también es mi hijo y además porque debemos esperar a cumplir el convenio. Y luego muchas veces el chiquillo dice que no se quiere ir.

¿Y si el niño hubiera dicho que sí se quería ir?

Tampoco lo hubiera dejado porque tenemos un convenio. Si no, que fueran al juzgado e iniciaran un juicio.