martes, 8 de julio de 2014

julio 08, 2014
ESTADIO MINEIRAO, BELO HORIZONTE, Brasil, 8 de julio.- La tragedia volvió a apoderarse del fútbol brasileño y ahora lo hizo de forma más cruel. Bastaron 30 minutos para que la fiesta se convirtiera en un sepelio y el llanto apareciera en los rostros de quienes unos minutos antes no paraban de cantar y vitorear a su equipo.

Llegaron el tercer y cuarto tanto de Alemania sin que alguien pudiera recuperar el aliento, algunos por la tristeza, otros por la alegría y unos más por la incredulidad que provocaba ver uno de los partidos que pasarán a la historia del fútbol en el mundo.



Toni Kroos fue el encargado de marcar ambos goles y con su pegada de pierna derecha también desató un silencio lleno de angustia que invadió el Mineirao, estadio que quedará grabado en la memoria del balompié mundial por lo que sucedió este martes.

Las lágrimas invadieron el estadio casi como el silencio, las cámaras de televisión no podían encontrar festejo de los goles y sí llanto en mujeres, niños y hombres que vivían una pesadilla en carne propia.




Algunos no soportaron el dolor y prefirieron irse a sus casas, decenas de personas comenzaron a llenar los accesos del estadio para retirarse en un momento de desconcierto que se convirtió en tragedia con el quinto gol alemán en 29 minutos. Nadie podía creerlo. (MedioTiempo)