miércoles, 4 de junio de 2014

junio 04, 2014
Carlos Loret de Mola Álvarez / 4-VI-14

Tiene casi setenta años de edad. Recién lo operaron de una pierna y la recuperación le ha resultado una monserga. Y encima de todo se siente cercado. Es Ismael El Mayo Zambada García, líder histórico del Cártel de Sinaloa, junto con su compadre Joaquín El Chapo Guzmán.

Los encargados de perseguirlo deducen que está escondido en el triángulo dorado, esa región casi inaccesible que tiene un poco de Durango, Sinaloa y Chihuahua, y que ha sido por décadas refugio de narcos.


Según informantes de las áreas de inteligencia del gobierno federal, El Mayo ha enviado mensajes a las autoridades nacionales buscando negociar quizá su retiro, quizá su entrega. Las mismas fuentes aseguran que le han respondido que no.


Cuando, ya detenido, le preguntaron a El Chapo sobre su compadre se limitó a decir que andaba en el monte. Pero también les dijo que su sucesor sería Dámaso López Núñez, El Licenciado, quien era jefe de seguridad del penal de Puente Grande, Jalisco, cuando se fugó. No El Mayo como pudiera haberse pensado inicialmente.

Quizá era ya una señal de que el capo nacido en El Álamo, Sinaloa, compañero de crimen de Guzmán desde que aprendían el negocio de la generación de Félix Gallardo y Caro Quintero, tenía en la cabeza buscar el retiro.

EL OTRO ARRINCONADO

Asediado en la sierra donde convergen Michoacán y Guerrero, 48 años de edad, Servando Gómez Martínez La Tuta ya no tiene el poder de antes. Hace unas semanas se difundió que se salvó por unos minutos de ser aprehendido, que vive a salto de mata, que se esconde en cuevas, pasando frío, comiendo mal y sin dinero.

La máxima figura del ahora tenue cártel de Los Caballeros Templarios también ha enviado mensajes a las autoridades federales: quiere negociar. La respuesta fue la misma que a Zambada, de acuerdo con quienes me confiaron estos datos.

La situación de La Tuta es diferente a la de El Mayo. Su cártel está arrinconado y ha sido severamente golpeado tanto con la detención o muerte de sus principales líderes como con el desmantelamiento del gran negocio que controlaba en el puerto de Lázaro Cárdenas y con la pérdida de su reinado absoluto en los municipios de Tierra Caliente que hoy están prácticamente en manos de los grupos de autodefensa con el apoyo del gobierno federal.

Es mucho más joven que el sinaloense como para pensar en el retiro, pero se ha quedado casi sin opciones y apoyos. El gobierno federal ni siquiera mantiene sigilo en cuanto a la cacería para capturarlo y varios funcionarios han dicho abiertamente que es sólo cuestión de tiempo para que ocurra.

Como sucede con muchos capos, El Mayo y La Tuta parecen estar en el momento de tomar una decisión. Esperar a que los encuentren y los detengan para procesarlos o aguardar armados hasta los dientes y resistir, lo que podría concluir con su muerte.

El Chapo no se resistió y está tras las rejas. Nazario El Chayo Moreno, quien fue jefe y mentor de La Tuta, abrió fuego contra sus perseguidores en la sierra michoacana y murió. Son también dos destinos.