martes, 17 de junio de 2014

junio 17, 2014
CIUDAD DE MÉXICO, 17 de junio.- En un descuido, aquel asaltante de Polanco perdió la vida. Fue sólo una distracción, confiado de que tenía todo bajo control. Y ¡bam! Un disparo en la axila y su vida de aproximadamente 20 años terminó en un instante.


En los jardines de las calles Luis G. Urbina y Eugenio Sue, en la colonia Polanco, el joven intentó asaltar a Juan Carlos Lora Abraham, quien había salido a caminar con su esposa y sus dos hijas pequeñas, con motivo del Día del Padre.

Con una pistola revólver marca Colt calibre 380, el muchacho sorprendió a la familia a plena luz del día y a escasos 10 metros de un par de policías que no se percataron del asalto hasta que el asaltado mató al asaltante.

Todo fue rápido y en calma. Cuando el joven intercepta al padre de familia, éste entregó rápidamente su reloj de 60 mil pesos, marca Bulgari. Pero la ambición hizo que el joven pidiera también la cartera del hombre. Ese fue su error.

Mientras guardaba el reloj que ya tenía en su poder, el hombre, que se dedica a dar cursos de protección a escoltas, sacó tranquilamente una pistola Glock calibre 09 milímetros y terminó con la vida del presunto delincuente.

Fue hasta entonces que las policías se dieron cuenta de lo ocurrido. Entonces, corrieron al lugar y llamaron a la patrulla P76-03, cuyos tripulantes, a su vez llamaron a la ambulancia 23 de la Cruz Roja.

Lora Abraham es un vecino conocido de las dos policías de la Unidad de Protección Ciudadana de Polanco. Así que explicó lo sucedido y detalló cómo se defendió de su agresor, para proteger la vida de él y su familia.

Cuando los paramédicos llegaron, el lesionado había fallecido ya por el impacto del arma de fuego en la axila derecha.

Lora se identificó como instructor de cursos de protección para escoltar y mostró su permiso de portación de armas de fuego, otorgada por la Secretaría de la Defensa Nacional.

Después, de manera voluntaria se entregó a los policías, quienes lo llevaron al Ministerio Público de Miguel Hidalgo para lo que resulte como consecuencia. (Rafael Montes para El Financiero)