lunes, 30 de junio de 2014

junio 30, 2014
MÉRIDA, Yucatán, 30 de junio.- Como resultado del Taller de Energía Solar que se imparte en la Unidad Académica de Bachillerato con Interacción Comunitaria (UABIC) de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), los estudiantes de este plantel diseñaron un “Deshidratador Solar”, informó la ingeniera Fátima Chacón Medina, responsable de este taller.

Detalló que este prototipo trabaja con los principios básicos de la energía solar, con el propósito de aprovechar este recurso que es abundante en Yucatán y como parte de un proyecto de bienestar y desarrollo comunitario para Ticimul comisaría del municipio de Umán.

El prototipo se destina a Ticimul, comisaría de Umán.

Chacón Medina indicó que el deshidratador está elaborado con materiales económicos y de fácil acceso: madera de pino con cubierta con un plástico negro por de abajo y otro transparente por arriba, lo que permite obtener un colector en forma de caja elaborado con madera, en donde el aire sube a través de un gabinete, en el cual se colocan unas charolas hechas con malla de mosquitero para que circule el aire caliente a través de los productos y los deshidrate.


Señaló que en la parte inferior del deshidratador solar se tiene una entrada para captar el aire a temperatura ambiente, al entrar y recibir los rayos del sol, el aire se calienta por el plástico negro de abajo y el transparente de arriba al crearse un efecto de tipo invernadero.

“Al calentarse el aire en el colector se vuelve menos pesado y denso que el aire normal, por consiguiente, sube al gabinete buscando salida en un pequeño orificio en la parte de arriba. Mientras pasa el aire caliente por el gabinete en donde están las charolas con las frutas y las verduras, les quita la humedad y éstas se deshidratan”.

Detalló que el proceso de deshidratación depende de la fruta o de la verdura, pero se tiene un promedio de dos días aproximadamente por cada producto “nos referimos a dos días solares, es decir, cinco horas diarias de sol, entre diez de la mañana y tres de la tarde”.

La ingeniera responsable del diseño, indicó que este deshidratador, construido por los estudiantes de la UABIC, tiene la capacidad de deshidratar de entre 4 y 6 kilogramos, dependiendo del producto. Subrayó que con el deshidratador solar se reducen pérdidas en las cosechas de los agricultores “en su mayoría las personas de esta comunidad se dedican a la agricultura y a la cosecha de traspatio”.

En la mayoría de los casos los excedentes en la producción se pudren y se pierden, pero con este dispositivo, ese porcentaje que se tenía destinado como pérdida, se deshidrata y se conserva por más tiempo para su consumo, venta o para tener productos aún fuera de temporada.

Reveló que el deshidratador solar tiene un tiempo de vida de cinco años aproximadamente, “siempre y cuando se le dé el uso adecuado, es decir no dejarlo fuera en las épocas de lluvia y limpiarlo constantemente, utilizarlo cuando haya buen sol, preferentemente entre marzo y junio que son los meses en que se tiene más radiación solar”, añadió.

La académica reveló que en el taller se trabaja con energía solar térmica y la fotovoltaica con el objetivo de que los estudiantes aprendan a aplicarlas y diseñen dispositivos de este tipo y que los lleven a las comunidades y les enseñen los beneficios de estas energías.