viernes, 30 de mayo de 2014

mayo 30, 2014
Eduardo Ibarra Aguirre / Utopía 1398 / 30-V-14

La ceremonia de abanderamiento de la selección de futbol en Palacio Nacional, organizada con esmero desde Los Pinos, incluida la grandilocuencia de los discursos y su naturaleza que se antoja patriotera, obliga a reflexionar sobre la conveniencia de realizarla con tales características y, sobre todo, las promesas allí vertidas, empezando por la orden expresada por el titular del Ejecutivo federal.


En un país donde la desesperanza gana voluntades y la credibilidad de la autodenominada clase política permanece a ras del suelo, con todo y Pacto por México o precisamente por él, resulta muy poco recomendable apostar a la desmemoria ciudadana para hacer exhortos y compromisos a nombre de la nación y confundir los magnos intereses de ésta con los mezquinos de los gigantescos negocios que la máxima justa del futbol significan para el millar de dueños de la aldea, entre ellos la cincuentena de familias propietarias del duopolio de la televisión, el monopolio de la telefonía, el oligopolio bancario…


Se entiende el papel de motivador que quiso desempeñar el maestro en administración de empresas, pero confundir el papel institucional con su especialidad tiene costos que en algún momento habrá de pagar más que Enrique Peña Nieto como individuo, la Presidencia de la República que representa y ejerce.

Ejercicio que, por otra parte, transita por su momento más difícil tras la ilusión del “momento mexicano” alimentado por los que desde Estados Unidos confunden propósitos trasnacionales con la compleja realidad, el atorón que padece el crecimiento económico por segundo año consecutivo, la muy baja aprobación ciudadana al gobierno en funciones, las crecientes dificultades para aprobar las leyes secundarias en materia energética –tanto que lo harán durante el Mundial brasileño– y las de telecomunicaciones, la creciente salida de capitales al extranjero…

En tales circunstancias resulta explicable la tentación política de mezclar la justa deportiva y los sueños de millones de paisanos con las tareas nacionales. Sueños fabricados por Televisa, Televisión Azteca y Grupo Carso, los dueños de los equipos del deporte de las patadas, además de los Bribiesca Sahagún.

Pero explicable no es lo mismo que justificable. Y a todas luces parece un despropósito político y deportivo exigir a los 23 jóvenes de la llamada verde: “Todos (sic) los mexicanos confiamos en ustedes para que el próximo 13 de julio traigan ese trofeo a nuestro país”, con el argumento de que “Llegar a Brasil no fue un camino fácil, pero ahora que ya están ahí, es momento de escribir una nueva historia de lucha, pasión y triunfo. Representan a una nueva generación de jugadores que compiten con una mentalidad ganadora”.

Exigió Peña: “Ganen como triunfadores que son, como están acostumbrados a hacerlo frente a los mejores del mundo”.

Fue más lejos todavía en la demagogia patriotera: “Al pisar la cancha y entonar nuestro Himno recuerden que detrás de ustedes está toda (sic) una nación que los seguirá y los acompañará en cada momento (...). Ante Camerún, desde el primer minuto, salgan a ganar, a poner en alto el nombre de México”.

Mucho antes del 13 de julio, las voluntariosas palabras quedarán en su justo lugar, y otra vez las esperanzas fabricadas artificialmente desde el oligopolio mediático mutarán en desilusión, justo en un país que requiere todo lo contrario, éxitos nacionales, colectivos.

No todo fue hermosa fiesta en Palacio. Para acceder a él hubo que pasar revisiones y arcos metálicos para evitar el acceso de los hombres y mujeres del México real, el que con frecuencia y hasta beligerancia expresa reclamos en la plaza pública.

Acuse de recibo

La activista Laura Cervantes comentó con los de su red social: “Estupendo análisis que hoy recibo de Forum en Línea y me apresuro a compartir. Para tenerlo muy en cuenta durante los días próximos de futbolización”. Se refiere a la Utopía: Videgaray Caso, otro escape al futuro (28-V-14)… Y la abogada Norma Esperanza Falcón Ruiz añadió: “Lo que debe comprender Luis Videgaray Caso es el fracaso durante décadas de las políticas públicas sobre la economía mexicana, considerando para ello lo planteado en las reformas que envía el gobierno federal al H. Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, sin reparar en la desigualdad producto de la corrupción. Y de la impunidad que es un crimen el que se siga permitiendo bajo promesas y ofrecimientos que no se cumplen, lo que empobrece a millones de mexicanos y nos perjudica en el crecimiento, el que no llega bajo estas condiciones de desigualdad y mala distribución de la riqueza”... Julio Pomar informa: “La Secretaría del Trabajo y Previsión Social entregó ayer martes 27 de mayo de 2014, el reconocimiento o ‘toma de nota’ al nuevo Comité Ejecutivo Nacional del Sindicato Nacional de Mineros, que fue elegido en la 38 Convención General Ordinaria”, efectuada del 3 al 8 de mayo, y que encabeza Napoleón Gómez Urrutia. En tanto, la PGR lo persigue. ¿Y la coherencia?