lunes, 26 de mayo de 2014

mayo 26, 2014
JERUSALÉN, 26 de mayo.- Francisco rezó en el Muro de los Lamentos de Jerusalén, el lugar de oración más sagrado para los judíos y se desvió de su atareado itinerario para visitar un memorial a las víctimas israelíes del terrorismo durante su tercer día de gira por Medio Oriente.

El abrazo entre el papa Francisco, Abraham Skorka, rector del Seminario Rabínico Latinoamericano en Buenos Airese y Omar Abboud, uno de los principales dirigentes de los 500,000 musulmanes que se calcula que hay en Argentina. A la derecha de la foto, atónito, el rabino a cargo del Muro de los Lamentos, Shmuel Rabinovich.(AP)
(clic a las fotografías de ansa y AFP)

Francisco inclinó la cabeza mientras oraba y tocó la pared, la única que sigue en pie del segundo templo bíblico.


Dejó en una de las grietas del muro una nota con el texto del "Padre nuestro" escrito en su lengua española natal.

Luego abrazó a su buen amigo el rabino argentino Abraham Skorka y al líder de la comunidad musulmana de Argentina, Omar Abboud, quienes se unieron a la delegación oficial durante la gira, en una señal de amistad interreligiosa.

Cuando el papa Juan Pablo II visitó el muro occidental en 2000 dejó una nota pidiendo perdón por el sufrimiento causado a los judíos por cristianos. El papa Benedicto XVI colocó una nota en la que pedía por la paz para cristianos, musulmanes y judíos.


Francisco modificó su itinerario original para visitar un memorial a víctimas israelíes del terrorismo antes de viajar al memorial del Holocausto de Yad Vashem. También dejó una ofrenda en la tumba del fundador del sionismo moderno, Theodor Herzl.

El viaje de Francisco ha estado marcado por su sorpresiva invitación a los presidentes de Israel y Palestina para que acudan al Vaticano a rezar por la paz el mes próximo. Ambos aceptaron y Francisco se reunirá más tarde el lunes con el presidente saliente de Israel, Shimon Peres.


Francisco inició su jornada quitándose los zapatos para entra al Domo de la roca, un templo icónico localizado en el tercer lugar más importante para los fieles al Islam. El domo dorado consagra la roca donde los musulmanes creen que el profeta Mahoma ascendió al cielo.

El complejo de la mezquita, llamado el Noble santuario por los musulmanes y Templo del monte por los judíos, es el corazón de las disputas territoriales y religiosas entre Israel y sus vecinos árabes.

Al dirigirse al gran muftí de Jerusalén y otras autoridades musulmanas, Francisco hizo a un lado las palabras que llevaba preparadas y se dirigió a estos no sólo como "queridos amigos" sino que los llamó hermanos.

"Que nos respetemos y amemos como hermanos y hermanas", dijo. "Que aprendamos comprender el sufrimiento de otros. Que nadie abuse del nombre de Dios a través de la violencia".

Su retorno a Roma está programado para poco antes de la medianoche. (AP)