lunes, 12 de mayo de 2014

mayo 12, 2014
Gonzalo Ramos Aranda

“Pobre voz confinada a ser oída en la nada”

Voces encadenadas
a silencio tan cruento,
las almas condenadas,
el callar es tormento.

Obrar con libertad,
garantía majestad,
libertad de expresión,
sueño de mí Nación.

Obstruye el pensamiento
la maldita censura,
limita el intelecto,
es del diablo su hechura.

El miedo paraliza,
el cerebro agoniza,
pobres hombres silentes,
todos son insipientes.

Dictadura en la cumbre,
ya se hizo costumbre,
legislando se abraza
la pinche “ley mordaza”.

Prohibir información,
cegar puntos de vista,
la perversa intención
de “estadistas” fascistas.

Que la boca cerremos,
quieren esos cabrones,
que dientes apretemos,
“chitón” a las razones.

¿Expresarte? . . . ¡jamás!,
nada puedes decir,
tal vez se escuchen más 
tus quejas al morir.

El yugo del bozal
llegó a la yugular,
si te impiden hablar
las ideas desangrar.

Mas, el ser de conciencia
no lo permitirá,
pues perdiendo su esencia,
a servil llegará.

Un pueblo sometido
siempre será vencido,
represión del gobierno
¡mandémosla al averno!

Venturoso aquel día,
en que, sin cobardía,
usemos la palabra
sin censura macabra.

Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Registro INDAUTOR 03-2008-101313351700-01