miércoles, 21 de mayo de 2014

mayo 21, 2014
SHANGHAI, China, 21 de mayo.- El largamente esperado acuerdo entre el consorcio Gazprom y la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC) fue sellado en una ceremonia en presencia del presidente Putin, y su homólogo chino, Xi Jinping, informó la agencia de noticias EFE.

Aunque sus términos no fueron aún detallados, se estima que por el contrato, que alcanza los 400 mil millones de dólares, China recibirá a partir de 2018 y hasta 2048, la cantidad de 38,000 millones de metros cúbicos de gas natural por año -casi la cuarta parte de su consumo anual- a través de un gasoducto que conectará los dos países por el este de las regiones asiáticas de Rusia.

El acuerdo de venta de gas ruso a China tiene una enorme trascendencia estratégica, según informa desde Moscú el corresponsal de TVE, Carlos Franganillo, porque Moscú y Pekín reducirán su dependencia de Occidente. En la imagen de AFP, los presidentes de Rusia y China, Wladimir Putin y Xi Jinping.

Con la firma de este tratado, al que debe agregarse la celebración (ayer) de maniobras militares conjuntas, Rusia y China emiten un mensaje de unión, necesario en momentos en que ambos experimentan un aislamiento de Occidente por la situación en Ucrania, en el caso ruso, y los recientes conflictos en los mares de Asia Oriental por parte de China.


Tras diez años de negociaciones, el precio final es inferior a lo que Moscú pedía inicialmente, pero debilita los instrumentos de presión política que la Unión Europea venía ejerciendo sobre Moscú en el marco de las crecientes diferencias en relación a la crisis desatada en Ucrania.

Las maniobras militares celebradas ayer en aguas próximas a Shanghai constituyen también una consistente demostración de fuerza en un momento en el que Pekín siente que Washignton se interpone en su ascenso en la región Asia Pacífico, donde se multiplican sus conflictos territoriales.

También adquiere centralidad el que ambas potencias firmaran una declaración conjunta en la que, entre otras cosas, expresaron su "seria preocupación sobre el uso de la tecnología y la información para objetivos que van en contra de mantener la estabilidad y la seguridad internacional".

La declaración surgía días después de que Pekín tachó de "hipócrita" a Estados Unidos por culpar al Ejército Chino de actividades de espionaje industrial, cuando es el país norteamericano el que ha llevado a cabo "actividades a larga escala de robo de datos cibernéticos y vigilancia".

El pacto, por otra parte, se materializó en los márgenes de la IV Cumbre de la Conferencia sobre Interacción y Medidas de Construcción de Confianza en Asia, una cumbre sobre seguridad regional que se celebró ayer y hoy en la metrópoli oriental china de Shanghai.

En ella, China y Rusia se comprometieron a fortalecer la cooperación en las áreas de energía e infraestructuras en Rusia, según un comunicado firmado por ambos mandatarios.