domingo, 18 de mayo de 2014

mayo 18, 2014
Pagar o identificarse simplemente mostrando la palma de la mano. Conducir mientras se lee un libro. Tiendas camaleónicas que se ajustan a los gustos y comportamientos de los clientes. Tabletas con retroalimentación táctil para percibir incluso la coraza áspera de un cocodrilo. O comer una ensalada nacida en el laboratorio, bajo la atención de expertos. Estos son sólo algunos de los retos futuristas que  Fujitsu, la gigantesca compañía electrónica y de tecnología de la Información japonesa que nació en 1935 -y por cierto nuevo socio oficial del Milan-, ha puesto en marcha y exhibido en estos días en Tokio en el Fujitsu Forum, ahora en su segunda edición.

Masami Yamamoto, presidente de Fujitsu.

"Queremos expandirnos más y más, incluso en Europa y los mercados emergentes", dice el presidente del coloso, Masami Yamamoto, durante una mesa redonda con periodistas de medios extranjeros, entre ellos La Repubblica. Tras el anuncio de la supercomputadora K, "la más rápida del mundo" , en la base de Fujitsu, estimulado (como ya se ha visto en otros grupos japoneses como Panasonic) por las políticas monetarias y económicas agresivas del primer ministro, Shinzo Abe, hay tres conceptos muy simples: el tsunami de grandes volúmenes de datos -o sea, la enorme cantidad de información que transita entre los servidores de todo el mundo-, el concepto de "nube" y, en consecuencia, lo que Yamamoto define como la sociedad inteligente centrada en lo humano. Y esa es la idea de una nueva sociedad ultra- inteligente, un ecosistema digital, hiperconectado y constantemente mejorable gracias a la información y tecnología de comunicación basada en las necesidades y deseos de la población, especialmente la que puede proporcionar a la "nube" información y volúmenes de datos.

Desde la simple eficiencia de la exuberante creatividad de los individuos -que respecto al pasado tienen muchos más medios y maneras de expresarse - a compartir cada vez más información: se trata de un cambio radical de perspectiva y enfoque de la vida al que pronto nos acostumbraremos, explica Yamamoto. Por otra parte, el analista estadounidense Vernon Turner, presente en el Foro, predice que en 2020 el mundo será la sede de la cifra enorme de 30 mil millones (aunque algunas estimaciones de la misma Fujitsu hablan hasta de 50 mil millones) de aparatos y dispositivos conectados.

Una gran base para lograr el objetivo de la sociedad inteligente humano-céntrica, en una Tierra que llegará, en 2030, a contener más de 8 mil millones de personas, en su mayoría en ciudades (un 60%, fuente: Naciones Unidas). "La marca no se construirá más con un solo producto", dijo Yamamoto a los periodistas: "Es cierto que tener la propia insignia en un teléfono inteligente es un tipo de relación directa con el cliente, pero la clave ahora es trabajar juntos en el software y hardware para crear las bases de una nueva sociedad".

Ejemplo: hay un herido grave a causa de un accidente. En la sociedad venidera, trabajadores de rescate, ambulancias, policía y médicos tendrán acceso a una gran base de datos de información en tiempo real sobre el tráfico, los síntomas del paciente, los casos previos similares, los hospitales con los mejores equipos y así sucesivamente. Objetivo: reducir el tiempo, costo y, sobre todo, actuar de la mejor manera posible, a menudo de forma automática.

Pero esto es sólo el comienzo de una larga historia: en el futuro de Fujitsu, los coches estarán casi en su totalidad controlados por una computadora a bordo que evitará accidentes y simplificará en gran medida la vida mediante la combinación y síntesis de datos del tráfico, condiciones del vehículo y las externas, al igual que Google ha estado experimentando durante mucho tiempo. No sólo eso. Trabajadores y empleados, por ejemplo, tendrán un casco especial Hmd (Head-mounted-display) que, gracias a las cámaras de Ar (realidad aumentada) y  sensores, reducirá los errores y los riesgos en el lugar de trabajo, ayudará a los trabajadores en todo momento, comunicará al instante su estado a la central, como una posible falla mecánica, resumirá y analizará los resultados de producción en tiempo real. Esto se deberá a que en la base de la nueva sociedad hipertecnológica pero humanocéntrica de Fujitsu, además de la nube, habrá M2M, es decir, el conjunto de actividades e interconexiones entre las máquinas.

En el ámbito de la gestión de servicios de tecnologías de la información (IT Service Management), donde Fujitsu es un líder en Japón y segundo en el mundo por ingresos (después de IBM), una de las novedades más intrigantes que La Repubblica ha experimentado en el laboratorio de Kawasaki es la autenticación de venas de la palma de la mano con un escáner, además de las huellas de tres dedos. Esto se logra gracias a un diminuto microchip de sólo 5 milímetros de diámetro, capaz de localizar a un sujeto entre 10 millones en el tiempo récord de dos segundos. Pero también hay joyas más simples, tales como bastones ultratech y sistema de asistencia para ancianos Spatiow (que monitorean cada anomalía de la persona bajo control, incluso sus hábitos), además de collares para perros (ya en el mercado) que, a distancia, monitorean continuamente la salud del animal.

Fascinantes, también, las novedades sobre las compras, que podrían molestar a los defensores de la privacidad más estrictos. Por ejemplo, la asistencia del sistema de compras con el seguimiento de los ojos, en que sensores perciben dónde y por cuánto tiempo se detienen con más frecuencia los ojos del cliente y la forma en que comparan los productos, también con referencia a sus anteriores visitas. Esto apunta a mejores estrategias de marketing, como también los espacios de venta, es decir, las zonas más concurridas o transitadas por los consumidores -detecciones realizadas por sensores láser y teléfonos inteligentes - que, según Fujitsu, posibilitan posicionar los productos de una manera más estratégica.

O incluso, y aquí estamos en la promoción de proyectos para clientes individuales, a la entrada de la tienda van a aparecer en una pantalla una serie de consejos y promociones, según el gusto, historial y comportamiento de cada cliente registrado por los sensores. Todo esto no sería posible sin el sector de Big Data. "Entiendo las preocupaciones de la gente - dice Yamamoto - pero el futuro estará cada vez más hiperconectado. De aquí en adelante, se comparte todo. Las empresas, si quieren sobrevivir, deben concentrarse en particular en esto y nosotros queremos poner a la gente en el centro de esta transición histórica." (Antonello Guerrera / La Repubblica / Traducción Libertad de Expresión Yucatán)