sábado, 17 de mayo de 2014

mayo 17, 2014
RÍO DE JANEIRO, 16 de mayo.- Fueron menos de lo previsto pero continúan a las mismas puertas del Mundial. Casi sin excepción, como si de un ejercicio matemático se tratase, los medios y analistas de Brasil tomaron la jornada de protestas del jueves contra la Copa del Mundo como una comparación con las marchas que poblaron las calles de Brasil a lo largo de 2013.

Según esos parámetros, las autoridades muestran cierta tranquilidad, empezando por la propia presidenta, que declaró que, pese a que se había anunciado un ‘superjueves’ de protestas, el evento “fracasó”.


Los movimientos populares contra el Mundial habían prometido actos en cincuenta ciudades y solo se registró movimiento importante en catorce.

Según el seguimiento de los medios en las ciudades que tuvieron actos antiFifa, solo salieron a las calles 17,000 personas en total, una diferencia insalvable con la marea de millones de personas que salieron espontáneamente a protestar en junio pasado.

El Pan de Azúcar y la Bahía de Guanabara, en Río de Janeiro se ven bajo manto de niebla al amanacer del viernes 16 de mayo de 2014. Mucha gente sigue organizando protestas por los miles de millones de dólares gastados en la Copa del Mundo en un momento de dificultades sociales, pero el fútbol sigue siendo una fuerza unificadora. (AP / Felipe Dana)

Pero al mismo tiempo nadie soslaya la inquietud por la proximidad del Mundial, sabiendo, como ya han dejado entrever los servicios de inteligencia, que habrá muchas más manifestaciones en las próximas semanas. Pero de momento y tras el temido ‘15M’ brasileño, la tensión está contenida.


La reducción del gasto destinado a la Copa del Mundo y la petición de inversiones destinadas a otros aspectos básicos, como la educación, la salud y la vivienda siempre han marcado la agenda de los que salen a la calle.

Pero mientras el año pasado se mezclaba el famoso eslógan de “No habrá Copa” con las reclamaciones sociales, esta vez las marchas de los sindicatos profesionales en lucha por mejoras salariales –profesores, conductores de autobús, movimiento de los sin techo– discurrieron, o al menos comenzaron, por separado, evidenciando una nueva etapa en la ola de protestas.

Además, los movimientos sociales tradicionales superaron en número a las marchas convocadas por los Comités Populares de la Copa, como ocurrió de forma notoria en Sao Paulo.

En esa ciudad se concentró la tensión en un día largo de protestas pacíficas y una noche en la que se enfrentaron militantes y simpatizantes del Black Bloc contra la policía, con el resultado de 20 detenidos y 4 heridos.

Más problemático fue lo sucedido en el estado de Pernambuco, en cuya capital, Recife, también se juega el Mundial y en la que se registraron saqueos por la huelga de policías que dejó encerrada a la mayoría de la población en casa, como había ocurrido en Bahía hace unas semanas.

La Fifa ya ha mostrado su temor a que se reproduzcan todas estas situaciones e incluso el Gobierno federal, habitualmente contemporizador con las protestas, ha cambiado el tono.

El mayor contraste en el análisis de los discursos del año pasado y este lo personifica la propia presidenta. Mientras se producían las protestas, el propio jueves, Dilma Rousseff presentaba en Brasilia un compromiso por el “trabajo decente” durante el Mundial, en el que ensalzó la política laboral pública de Brasil y mandó un recado a los que insisten en luchar contra un evento que ella entiende dejará un legado para felicitarse: “Los aeropuertos quedan para nosotros, las obras de movilidad quedan para nosotros y los estadios, también. Sin duda haremos el Mundial de los Mundiales”.

Poco o nada queda de la Dilma que dio el discurso el 21 de junio de 2013, cuando se dirigió a una nación entonces inflamada ensalzando el derecho a protestar y prometiendo al mismo tiempo un pacto social de salud, educación y transporte.

Ha pasado casi un año y ahora toca el momento de mostrar la mejor cara de Brasil al exterior, como remató en el acto la presidenta entre aplausos. (Arturo Lezcano / eltiempo.com)