jueves, 24 de abril de 2014

abril 24, 2014
MADRID, España, 24 de abril.- La mosca tsé-tsé, transmisora de la enfermedad del sueño en los humanos -y de su equivalente en el ganado, la nagana-, en el África subsahariana, es hoy menos poderosa. Un equipo de científicos de todo el mundo ha secuenciado por primera vez el genoma completo de este peligroso insecto chupador de sangre, lo que permite echar un vistazo a sus singulares características genéticas y biológicas como si se tratara de un manual y facilitará a los investigadores el desarrollo de nuevas maneras de combatir la enfermedad, endémica y potencialmente mortal.


El «código de barras» de la tsé-tsé (Glosina morsitans), que esta semana describe la revista Science, ha sido desentrañado por los miembros de la Iniciativa Internacional del Genoma Glossina (IGGI) después de una década de esfuerzos. Esta mosca es única en el mundo de los insectos: se alimenta exclusivamente de la sangre de los seres humanos y los animales, da a luz a crías vivas y engorda a sus embriones en desarrollo con una mezcla de proteínas que es similar a la leche de los mamíferos.


Pero además, la tsé-tsé es una terrible asesina. Su picadura puede transmitir el parásito que causa la tripanosomiasis o enfermedad del sueño. Si no recibe tratamiento, la enfermedad es mortal. La vacuna aún no se ha desarrollado y los tratamientos farmacológicos actuales tienen efectos secundarios no deseados.

Se estima que unos 70 millones de personas en todo el África subsahariana están en riesgo de sufrir tripanosomiasis. Y debido a que la enfermedad también afecta a los animales, la cría de ganado en las zonas endémicas es difícil o imposible. Combatir a esta mosca ha sido una durante mucho tiempo una prioridad de salud pública en los países afectados.

Nuevos insecticidas

El objetivo de los investigadores era identificar los genes de la mosca tsé-tsé que codifican las proteínas y luego enlazarlos con su función biológica correspondiente. El interés en las proteínas reside en que estas participan en todos los aspectos de la estructura y función de un organismo.

Después de comparar la secuencia genética de la tsé-tsé con las de especies similares con genomas conocidos, como la mosca de la fruta, los investigadores anotaron 39 genes de neuropéptidos y 43 genes de receptores. Los neuropéptidos regulan la gran mayoría de los procesos fisiológicos incluyendo la alimentación, la reproducción, el metabolismo y el comportamiento. «En ese sentido, desentrañar los sistemas de neuropéptidos de la mosca suponía una mejor comprensión de su biología general», explican los investigadores.

Estos neuropéptidos pueden ser la clave para controlar las poblaciones de la mosca y erradicar la terrible enfermedad que provocan. Pueden convertirse en «prometedoras dianas para el desarrollo de nuevos insecticidas inocuos», dice Jelle Caers, de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica). Los investigadores creen que han dado un paso en la buena dirección. (Judith de Jorge / ABC)