sábado, 5 de abril de 2014

abril 05, 2014
MÚNICH, Alemania, 5 de abril.- Múnich se ha convertido para Guardiola en una especie de guarida, una isla de paz en la que vivir sosegado, sin agobios, alejado del bullicio que supuso su etapa como entrenador del Barcelona. Pocas veces se le ha visto negar algo desde su llegada -más allá de las entrevistas personales-. Su imagen inmaculada y sus gestos no engañan a nadie: Pep es feliz en una ciudad en la que puede pasear por el centro sin que nadie le moleste o comer en alguno de los restaurantes cercanos al río Isar. Su tranquilidad es absoluta, todo le va bien, incluso cuando su figura trasciende más allá del deporte.


Así lo ha querido la edición alemana de la revista 'Elle', que lo ha nombrado el tercer hombre más atractivo de 2014 por detrás de los actores Chris Hemsworth y Elyas M'Barek, que aparecen primero y segundo respectivamente. Y superando a clásicos en estos rankings como Ryan Gosling, Michael Fassbender o Leonardo di Caprio. La publicación, entusiasta, destaca que es un ganador 'también en la liga del estilo'. 'Tiene clase, elegancia y mucho carisma', dicen del entrenador catalán.


Pep sabe del valor que tiene su imagen. No sólo como fuente de ingresos, sino también como servicio a la Bundesliga. Mientras que en el resto de competiciones de Europa el primer plano es para los futbolistas, en Alemania es para él. Su figura recoge los cánones de perfección que acostumbra a transmitir a su equipo. Guardiola no deja lugar a la improvisación. Ni siquiera cuando se trata de celebrar el título de campeones, conseguido hace poco más de una semana. La tradición dice que la plantilla tiene que bañar al entrenador del equipo que gana con cerveza. Eso hasta este año, porque el español no quiso participar de la tradición y tan solo accedió a ponerse una gorra. Poco importa. La foto, naturalmente, fue para él.

Su familia, encantada en Múnich

Su estilismo roza la excelencia. El día que el Bayern se hizo con la Bundesliga en Berlín, Guardiola se puso un jersey de pico rojo a juego con la gorra de campeones. Nimiedades que lo convierten en un entrenador modelo en todos los aspectos. También cuando se trata de celebrar los campeonatos. 'Me han dicho que usted baila muy bien. ¿Es verdad?', le preguntó un periodista alemán en la rueda de prensa del pasado viernes. 'Claro que lo hago bien', respondió el técnico. Un detalle sin importancia, pero que lo ha convertido en pocos meses en el hombre más deseado de Alemania. ¿Qué mujer no querría compartir con él unas clases de salsa?

También su familia está encantada en Múnich. Su mujer Cristina acudió con él al Oktoberfest vestida con el tradicional Drindl y Guardiola lo hizo a su vez con el Lederhosen, la versión masculina del traje. En las fotos, se les puede ver a los dos brindando con una jarra de cerveza en uno de los pocos actos públicos en los que han posado juntos, aunque la mayoría de los alemanes afirmen haberlo visto en diferentes restaurantes de Múnich cenando con jugadores del Bayern o con algún viejo conocido de la entidad bávara. Pero no dejan de ser rumores. Como la información de la revista GQ que afirmaba que la pareja estaría dispuesta a comprar una granja de 13.500 metros cuadrados con una casa de 1.000 por unos 5'5 millones de euros. Nada más se ha vuelto a saber desde entonces.

Lo cierto es que Guardiola se encuentra feliz y está contento, según sus allegados, incluso con el tiempo. Mucho sol y poca nieve. Todo le va bien. Eso sí, le falta por desbancar a los dos primeros de la lista 'Elle'. Su próximo objetivo. (El Mundo)