miércoles, 9 de abril de 2014

abril 09, 2014
Gilberto Avilez Tax

¿Y fue por esta laguna de aguas calmosas y enanas/ que don Othón vino a fundar nuestra ciudad?/ Iría perezoso ese pontón gordito/ tirando pedos a los caimanes del Hondo./ Hicieron un rancho,/ y al mes teníamos nuestras "casitas",/ en el primer crepúsculo de barro/ bajaron las familias/ lloraron los viejos, recordando a Bacalar/ Al año el Barrio Bravo/ alistaba sus querellas (Poema de un ex poeta formado en Chetumal, cuyos versos han desaparecido para siempre).

En su célebre poema sobre la fundación mítica de Buenos Aires, el inmortal Borges se preguntaba que si ¿fue por un río de sueñera y de barro que las proas vinieron a fundarme la patria? Los hombres de Juan Díaz, en aquel tiempo inmemorial donde se recorrían mares contados en lunas: "Prendieron unos ranchos trémulos en la costa" y "durmieron extrañados". Este poema de Borges me pareció interesante cuando leí, hace siglos ya, la fundación, no mítica, sino guerrera, del antiguo Payo Obispo (hoy Chetumal). Creo que leía, en ese lejano tiempo, con estupor el magnífico trabajo que realizó Luz del Carmen Vallarta Vélez sobre los yucatecos -y no yucatecos, ya que los pueblos al norte de Belice eran una sociedad multiétnica- que formarían la identidad payobispense al término de la guerra de castas en 1901, pero lo cierto fue que, años después, construyendo afiebradamente el capítulo último de una tesis doctoral, he apuntado lo siguiente sobre la fundación guerrera de Payo Obispo:

El Pontón Chetumal, remolcado desde los astilleros de Nueva Orleans de la casa Zuvich por el vapor Stamford, arribaría el 22 de enero de 1898 en las riberas mexicanas donde desemboca el Río Hondo, trayendo una tripulación de 13 hombres dirigidos por el teniente 2º, Othón Pompeyo Blanco, y a los pocos días, un desmonte de la selva cercana a la playa en la bahía de Chetumal, marcaría la fundación de la ciudad de Payo Obispo el 5 de mayo de 1898. El Pontón Chetumal, una barcaza “gorda, rechoncha, con un solo mástil que sostenía una cofa mal armada para la vigía y tenía el puente protegido por un baluarte, cañoneras y una ametralladora,” serviría como aduana flotante y nave artillada para repeler posibles ataques de los rebeldes.



Fuente: Avatares de una región de frontera. Peto. 1840-1940. Tesis doctoral en proceso.