domingo, 27 de abril de 2014

abril 27, 2014
La ceremonia de canonización de los papas Juan Pablo II y Juan XXIII, que encabezó Francisco en el Vaticano, fue considerada “histórica” por la Iglesia Católica y varios números dan cuenta de la importancia que tuvo el acto:


-Entre 800,000 y un millón de peregrinos y fieles estuvieron en la Plaza San Pedro y algunos puntos centrales de Roma donde se instalaron 19 pantallas gigantes. Solamente de Polonia, la tierra natal de Juan Pablo II, llegaron 1,700 micros, 58 aviones y 5 trenes.

-Unos 150 cardenales y 700 obispos estuvieron en la Misa de la que participó también el papa emérito, Benedicto XVI.

-Cerca de 600 sacerdotes y 270 diáconos repartieron la comunión a la multitud de personas que estuvieron en el Vaticano.

-Delegaciones de 93 países, incluyendo 24 jefes de Estado, estuvieron en la ceremonia. Entre los mandatarios participaron los Reyes de España, de Bélgica, además de presidentes y cancilleres.

-Unas 2,000 millones de personas de los 5 continentes siguieron la ceremonia por televisión, con 9 satélites que la trasmitieron en Alta Definición, según estimó el Centro de Televisión Vaticano que también informó que 500 salas de cine de unos 20 países proyectaron la canonización gratuitamente en 3D.

-Unos 2,400 agentes especiales reforzaron la seguridad, con vigilancia especial en monumentos, aeropuertos y estaciones de tren.

-Además, 2,600 voluntarios de Protección Civil repartieron 4 millones de botellas de agua a turistas y peregrinos, y 600 personas, entre médicos y enfermeros, ofrecieron sus servicios a los visitantes.

-Casi 10 millones de dólares le costó la ceremonia a Roma, según lo anunció el alcalde Ignazio Marino. La capital italiana tuvo que invertir en estaciones de primeros auxilios y mil baños químicos, entre otros gastos.

En el momento de la proclamación, en la plaza emblema de la cristiandad estalló la lógica y esperada ovación y se elevaron las banderas de los numerosos países representados por grupos varopintos de peregrinos, con comprensible mayoría de los procedentes de la tierra de Juan Pablo II.

Entre los cardenales presentes también estaba el anciano (87 años) Papa emérito, Benedicto XVI (saludado por Francisco antes de la misa), el cual no podía faltar a esta importante cita de la Iglesia católica con la cual su sucesor canonizó a su antecesor y "amigo" como él mismo ha definido a Juan Pablo II.

En su breve homilía, Francisco recordó que esta doble canonización se llevaba a cabo en la fiesta dedicada a la Divina Misericordia, instituida por Juan Pablo II, definiendo a los dos nuevos santos "hombres valerosos, plasmados por el Espíritu Santo, que dieron testimonio ante la Iglesia y el mundo de la bondad de Dios y de su misericordia.

 "En la convocatoria del Concilio, puntualizó, Juan XXIII demostró un delicada docilidad al Espíritu Santo, se dejó conducir y fue para la Iglesia un pastor y un guía-guiado. Este fue, precisó, su gran servicio a la Iglesia".

Refiriéndose a Juan Pablo II, Francisco se concretó a definirlo "el Papa de la Familia", recordando que el mismo Karol Wojtyla dijo en una ocasión que le habría gustado ser recordado como el Papa de la Familia, y subrayando que "desde el cielo, ciertamente acompaña y sostiene el camino sinodal sobre la familia", aludiendo a los dos sínodos que éste y el próximo año abordaran en el Vaticano los problemas de la familia en el mundo de hoy.