sábado, 19 de abril de 2014

abril 19, 2014
CIUDAD DEL VATICANO, 19 de abril.- Mientras la multitud de fieles seguía las estaciones del Vía Crucis en el Coliseo, en las estaciones ferroviarias de Roma los vagabundos que se preparaban para pasar la noche bajo las estrellas recibieron la visita del Limosnero del Papa, que, en nombre de Francisco, les llevó una tarjeta de felicitaciones y un poco de dinero.


El obispo Konrad Krajewski quedó sorprendido por las palabras que ayer pronunció el predicador pontificio Raniero Cantalamessa, quien habló de la traición de Judas y de la idolatría del dinero. El Limosnero reflexionó al respecto y recordó que Judas se ocupaba del dinero, pero en lugar de distribuirlo entre los pobres, lo usó para entregar al Mesías a sus asesinos.


Así, libre por primera vez de las responsabilidades en el Vía Crucis del Coliseo (pues hasta ahora se había tenido que comprometer como ceremoniero), monseñor Krajewski decidió vaciar, literalmente, la caja de la Limosnería Pontificia, para entregar a los vagabundos de las estaciones el dinero en efectivo que tenía a su disposición. Pudo hacer más de cien sobres, con una cifra que fue de 40 o 50 euros.

Mientras Francisco rezaba meditando las estaciones del Vía Crucis, el obispo Konrad fue a la estación Términi, a Santa María Mayor y a la Ostiense, para distribuir los sobres entre los vagabundos. No les dijo que además de las felicitaciones los sobres tenían dinero, indicó un testigo, por lo que se puede imaginar la sorpresa de los vagabundos. (Andrea Tornielli / La Stampa)