sábado, 26 de abril de 2014

abril 26, 2014
Armando "Catón" Fuentes Aguirre

Don Cornulio llegó  a su casa y escuchó ruidos extraños en el clóset de la alcoba. Lo abrió, y vio dentro a un individuo. "¿Qué hace usted aquí?" -le preguntó, severo. "Caray, señor -replicó el tipo con la mano asida al tubo de donde colgaba la ropa-. ¡No me diga usted que otra vez me equivoqué de autobús!"... Una señora hablaba de su esposo. "Es la luz de mi vida -comentaba-. Lo malo es que en la noche se apaga"... Simpliciano, joven inocente, se fue a confesar. "¿Qué puedo hacer -le preguntó con angustia al sacerddote- para apartarme de las tentaciones?". El confesor creía firmemente en el poder de la oración. Le dijo a Simpliciano: "Ora". Respondió el candoroso muchacho: "Las 6 y cuarto"... Don Wormilio le contó a su esposa Gorgolota: "El médico de la compañía me pidió que me quitara la camisa y la camiseta. Me examinó, y me encontró tan decaído que ordenó que me dieran media pensión". "Eres un tonto -le dijo doña Gorgolota-. Te hubieras quitado lo demás y el doctor habría ordenado que te dieran pensión completa"... La señorita Peripalda, maestra de catecismo, le preguntó a Pepito: "¿Quién fue la madre de Moisés?". Respondió el niño con acento de seguridad: "La hija del Faraón". "Te equivocas -le indicó la catequista-. Ella solamente lo encontró en el Nilo, flotando en una canastilla". Dice Pepito: "¿Usted también se va a tragar el cuento que inventó ella?"... No sé si los habitantes de la Tierra estamos infinitamente solos en el infinito universo, o si en algún astro remoto hay vida inteligente, cosa que en nuestro planeta a veces falta, como cuando hay guerras, hambrunas o genocidios. Solos en el cosmos, o acompañados; cualquiera de las dos perspectivas es muy inquietante. Me entero de que se están preparando ya viajes comerciales a la Luna, y aun a Marte. No falta ese Cristóbal Colón de otro planeta a que aludió el bardo mexicano, dispuesto a abordar la nave que lo llevará a lejanísimos confines. Hay quienes se ríen de los que están ahorrando ya para pagar su pasaje y largarse a millones de kilómetros de aquí. Yo tomo eso muy en serio, y si pudiera empezaría igualmente a juntar dinero para comprarles desde ahora el boleto a mis choznos. Tengo la idea de que estamos acabando con la Tierra, que llegará quizás a ser inhabitable dentro de pocos siglos. En los años que llevo de vida he visto la degradación de los espacios terrenales en que habito. Mi padre vio las serranías que rodean el valle de Saltillo llenas de pinos y encinares. Los venados, me contaba, eran tan abundantes que bajaban a abrevar en las acequias de las calles. Ahora esas montañas están vacías de árboles y de vida animal. Las pedreras las están destruyendo más aún, y llenándolas de feas cicatrices que en forma irremisible dañan el paisaje. La ignorancia, insensibilidad y ambición de unos se combinan con la negligencia o los compromisos de otros, y atentan contra bienes valiosos que se deberían proteger. Lo mismo sucede en todas partes. En los mapas de México que había en la escuela de mi niñez se veía el color azul con que se representaba a los ríos, lagos y lagunas de la República. Ahora ese azul debe cambiarse por un sucio color gris que simbolice la desaparición de esos espacios líquidos, o su contaminación. Qué pena... Decía una señora: "-Todas las mujeres debemos tener dos amigas: una con quien hablar, y otra de quien hablar"... Al comenzar la noche de bodas el joven Ultimiano le preguntó, solemne, a su flamante mujercita: "Dime, Rosibel: ¿eres virgen?". "¿Por qué me lo preguntas? -contestó ella-. ¿Necesitas algún milagro?"... Pirulina le contó a Rosibel: "No nos ponemos de acuerdo en la fecha de mi boda. Mi novio quiere que sea en agosto; mis papás, en noviembre; a mí me habría gustado casarme en diciembre. Pero la cigüeña dice que la boda debe ser a más tardar en junio"... Babalucas vivía en una ciudad, su padre en otra. Cierto día el señor le envió un mensaje: "¿Vienes o voy?". Respondió Babalucas con otro mensaje: "Sí". Nuevo mensaje del papá: "Sí ¿qué?". Contestó el tonto roque: "Sí señor"... A aquella muchacha le decían "El compás". Sólo servía cuando tenía las patitas abiertas. (No le entendí)... FIN.(Milenio)