martes, 25 de marzo de 2014

marzo 25, 2014
Periodistas EL UNIVERSAL | Bajo Reserva | 25-III-14

UN SÍMBOLO de las políticas de austeridad de la administración de Barack Obama pudo ser observado hace unos días. En un vuelo de regreso de Washington a México, en un sencillo asiento de clase turista, viajó el embajador de EU Anthony Wayne. Nos cuentan que don Anthony viajó en el avión de Aeroméxico sin ningún trato especial, y que durante todo el vuelo no despegó los ojos de unos documentos. Este 24 de mayo Wayne cumplirá su tercer año al frente de la embajada y nos comentan que en Washington ya se busca a su relevo. En algunos sectores políticos se comenta que una mujer, que hoy ocupa un relevante cargo en el Departamento de Estado, podría ser la designada. Nos dicen que Roberta Jacobson, subsecretaria de Estado para el Hemisferio Occidental, podría ser nominada. Doña Roberta fue por cinco años directora de la Oficina de Asuntos de Mexicanos en la cancillería estadounidense y es una amplia conocedora de las relaciones bilaterales. El proceso apenas inicia.

CUATRO DE LOS CINCO candidatos a presidir el Instituto Nacional Electoral (INE) son identificados por PAN y PRD como cercanos al PRI, pero el caso de las dos mujeres que integran la quinteta generó la mayor inconformidad. Panistas y perredistas afirman que mientras la reforma política busca la salida de los consejeros de institutos electorales locales por el presunto control que mantienen los gobernadores sobre ellos, ahora el PRI plantea llevarlos a la presidencia del INE. Además, resaltan que fue en los mandatos de Leticia Catalina Soto, consejera presidenta del Instituto Electoral del Estado de Zacatecas, y de María de los Ángeles Llanderal Zaragoza, ex presidenta del Instituto Electoral de Michoacán, que en ambas entidades retornó el PRI al gobierno estatal (2010 y 2011). No se ve fácil la batalla por la presidencia del Instituto.

MUCHA PREOCUPACIÓN nos reportan que hay en el gobierno federal por el rechazo de PAN y PRD a su iniciativa de telecomunicaciones, enviada ayer al Senado. Ello a pesar de que en el seno del Pacto por México —que trabaja en penumbra— se discutió el proyecto y la oposición hizo más de 160 ajustes que nomás no los convencieron, porque no ven la misma energía para con las televisoras. Por eso el gobierno escuchó con lupa el pronunciamiento conjunto de los líderes de PRD y PAN, Jesús Zambrano y Cecilia Romero, respectivamente, quienes, sin embargo, saben que los votos de sus partidos no son indispensables para lograr el aval. La negociación ahora se traslada a la cancha legislativa y se espera que sea a navaja limpia.

UNA SOLA OFICINA usa la directora del INBA, María Cristina García Cepeda, nos dice su equipo. Ayer le comentamos en este espacio que doña María Cristina tiene asignadas tres oficinas: una en Centro Cultural del Bosque, otra en el Palacio de Bellas Artes y la tercera en la nueva Torre Prisma, en Avenida Juárez. Sin embargo, la dirección de Difusión del Instituto dice que ella tiene un solo despacho ubicado en el Centro Cultural del Bosque y que, cuando atiende asuntos en Bellas Artes, tiene en ese recinto un cubículo en el que no hay estructura de personal. En la Torre Prisma —donde hay una gran placa en la pared del piso 23 que dice “Dirección General”— nos aseguran que, aunque el proyecto original de 2012 consideró ahí la dirección, en la actual administración el espacio se aprovecha como área de usos múltiples para personal del edificio.

YA ENTRADOS en gastos, nos dicen que la Procuraduría General de la República, que dirige Jesús Murillo Karam, alista los citatorios ministeriales para que otros socios y colaboradores de Oceanografía comparezcan ante el Ministerio Público federal, a partir de las declaraciones del accionista mayoritario Amado Yáñez Osuna. Nos comentan que el empresario fue interrogado durante horas sobre las operaciones financieras de la compañía, y sobre quién tenía el acceso a las cuentas, quién tramitaba los créditos y hasta dónde participó él en esas transacciones. Entre los que deberán testificar está su jefe financiero y socio Martín Díaz Álvarez, y el resto de los accionistas, pero también empleados como Zaidel Terán, la contralora de la empresa.