jueves, 27 de febrero de 2014

febrero 27, 2014
MOSCÚ, Rusia, 26 de febrero de 2014.- La tensión se hizo palpable ayer en Simferópol, la capital de la república autónoma de Crimea, en el sur de Ucrania, entre la mayoría rusoparlante, temerosa tras el cambio de poder en Kiev, y la minoría tártara favorable al mantenimiento del status quo en la península.

Miles de manifestantes prorrusos y proucranianos se congregaron ante el Parlamento de Crimea que debía debatir hoy si apoya a las nuevas autoridades ucranianas que tomaron el poder tras el derrocamiento del régimen de Víktor Yanukóvich.

En Simferopol, gran ciudad de Crimea, miles de prorrusos y de antirrusos se enfrentaron ayer ante el Parlamento local, intercambiando insultos y agitando banderas rusas de un lado y ucranianas del otro. En los enfrentados mítines los tártaros están bien representados y hacen frente común con los ucranianos (25% de la población de Crimea) opuestos al separatismo de la península. Enfrente tienen a rusos, cosacos, judíos y otras minorías que no simpatizan con el nacionalismo ucraniano. (Reuters)

"¡Abajo la bandera de Rusia!", "¡Gloria a Ucrania!", gritaban los manifestantes tártaros (proucranianos), que pretendían impedir -y lo consiguieron- la celebración de la sesión parlamentaria, alegando que la mayoría prorrusa se proponía abogar por el separatismo de Crimea.

Aunque el presidente del parlamento local, Vladímir Konstantínov, aseguró que estaba excluida cualquier discusión sobre una posible secesión de Crimea, eso no calmó los ánimos, y entre los dos grupos opuestos de manifestantes estallaron enfrentamientos y se lanzaron piedras, botellas y palos.

Los rumores sobre que se había registrado un muerto se confirmaron cuando los servicios médicos informaron de que se había encontrado a un hombre de mediada edad sin vida junto a la sede parlamentaria, pero pronto se estableció que la causa del fallecimiento fue un paro cardiaco.

Si bien la mayoría de los ucranianos del Este hablan ruso como primera lengua, Crimea es la única región donde predomina la etnia rusa. Una región que fue siempre escenario de tensiones separatistas, por la desconfianza entre Kiev y Moscú. (scenereleases.eu)

"Hoy, durante los mítines junto a la Rada Suprema de Crimea, se encontró el cuerpo de un hombre sin signos de violencia. Según la información preliminar de los médicos, la causa de la muerte fue un paro cardiaco. Se está tratando de identificarle", señaló el Ministerio de Sanidad.

Unos veinte tártaros consiguieron forzar su entrada a la Rada, pero ante la tensa situación, Rifat Chubarov, representante de esta minoría favorable a la permanencia de la península en Ucrania, salió al exterior y pidió a sus partidarios que se disolvieran.

"De forma muy organizada, aunque haya provocaciones. Habéis hecho mucho, no habéis permitido un conflicto. Os decimos que Crimea ha ganado", aseguró.

Y añadió: "volved a vuestras casas, ir a hablar con vuestros vecinos, rusos, ucranianos, gente de otras nacionalidades, decirles que no hace falta crear ningunas brigadas de autodefensa. Vosotros, todos juntos, proteged iglesias y mezquitas, vigilad los cementerios, patrullad las escuelas. Hacedlo juntos".

En los enfrentamientos se pudo ver esta bandera de los separatistas de Crimea. (Reuters / Baz Ratner)

El líder tártaro (una minoría de religión musulmana) anunció también que la sesión parlamentaria quedaba aplazada por hoy.

En la multitudinaria concentración de los dos grupos, que reunió a unas 10,000 personas en algún momento, los manifestantes enarbolaban banderas rusas y ucranianas, respectivamente, mientras en el asta central del edificio, donde hasta ayer ondeaba la enseña de Ucrania, desde anoche apareció una del Rusia.

El Legislativo de Crimea está dominado por los diputados prorrusos, ya que los tártaros, que defienden la integridad territorial de Ucrania, son minoría.

La mayoría étnica y lingüística rusa de esta autonomía -que entró a formar parte de la república soviética de Ucrania en 1954 por orden del entonces mandatario soviético, Nikita Jruschov- pretende que se celebre un referéndum para su regreso a Rusia, especialmente tras el triunfo revolucionario en Kiev y ante temores de una deriva nacionalista.


Mientras, la mayoría rusa del puerto crimeano de Sebastopol, expresó hoy igualmente sus temores a la llegada de extremistas de Kiev, a los que acusan de usurpar el poder al cesar al presidente Yanukóvich

"En Kiev los extremistas han tomado el poder. Debemos defendernos, ya que la policía no puede hacerlo. Por eso, hemos creado milicias y patrullas populares", aseguró a Efe un representante del partido "El Bloque Ruso".

No obstante, aseguró que las multitudinarias manifestaciones prorrusas que se celebran diariamente en Sebastopol, el puerto que aún hoy acoge a la Flota rusa del Mar Negro, desde la caída de Yanukóvich, son exclusivamente pacíficas.

Los rusos de Sebastopol acusan a los nacionalistas de Kiev y de las regiones occidentales de Ucrania de querer eliminarlos desde el punto de vista cultural.

Crimea cuenta con unos dos millones de habitantes, de los cuáles casi un 60 por ciento son rusos, un 25 por ciento ucranianos y un 12 por ciento tártaros.

Seguridad de su flota en el Mar Negro

Rusia está adoptando medidas para garantizar la seguridad de las instalaciones y el armamento de su flota naval en el Mar Negro que tiene su base en la costa de Crimea, en el sur de Ucrania, ha señalado este miércoles su ministro de Defensa, Sergei Shoigu.

"Estamos siguiendo muy de cerca lo que está ocurriendo en Crimea, lo que está ocurriendo en torno a la Flota del Mar Negro", ha indicado el ministro, citado por la agencia RIA Novosti.

"Estamos adoptando medidas para garantizar la seguridad de las instalaciones, la infraestructura y arsenales de la Flota del Mar Negro", ha añadido, sin entrar a dar detalles concretos sobre las medidas.

Por otra parte, el Gobierno ruso ha manifestado, a través de un comunicado del Ministerio de Exteriores, su preocupación por los abusos que están cometiendo "extremistas" en Ucrania, según informa RIA Novosti.

"Rusia está alarmada por los abusos cometidos por los extremistas en Ucrania que están definitivamente convencidos de su propia impunidad y se creen que tienen permiso para todo", ha denunciado el Ministerio de Exteriores ruso.

Estos extremistas "no cesan de dictar su voluntad y de imponer sus reglas", ha añadido el departamento que dirige Sergei Lavrov. Para Moscú, añade el texto, "la violencia en Ucrania es principalmente una consecuencia directa de la complacencia de los responsables políticos occidentales y de las estructuras europeas, que han cerrado los ojos (...) ante las acciones agresivas de las fuerzas radicales". (Reuters/Ep)