sábado, 1 de febrero de 2014

febrero 01, 2014
BANGKOK, Tailandia, 1 de febrero.- Al menos seis personas resultaron heridas hoy en un enfrentamiento entre manifestantes rivales que incluyeron varios tiroteos, durante la jornada de reflexión de las elecciones que se celebran mañana en Tailandia. Cuatro de los heridos, incluido un periodista, fueron a causa de los disparos ocurridos cerca de una oficina del distrito de Laksi, en el norte de Bangkok, según el servicio de emergencia Erawan citado por la prensa local.

Un hombre herido se resguarda tras un muro de una calle de Bangkok durante los incidentes de hoy. (EFE)
El choque se produjo cuando los manifestantes que desde ayer sitian la oficina, para evitar el reparto de papeletas y urnas electorales, chocaron con un grupo de "camisas rojas", como se hacen llamar los seguidores del Gobierno. Esta facción antigubernamental está encabezada por el monje budista Luang Phu Buddha Issara, que ayer calificó las papeletas de voto como "frutos venenosos de árboles venenosos" y alertó del riesgo de una escalada de la violencia y de que haya muertos en el caso de que se celebren los comicios.


Un hombre herido y una mujer, durante los incidentes en Bangkok. (EFE)

El choque entre los grupos rivales se produjo horas después de que unos desconocidos tirotearan de madrugada dos de los campamentos antigubernamentales en la capital. A pesar del cerco en Laksi, el líder de los manifestantes, Suthep Thaugsuban, volvió a decir que su intención no es impedir la votación, sino animar a los ciudadanos a unirse a su campaña contra el sufragio.

Acompañado por cientos de sus seguidores, Suthep marchó por las calles del Yaowarat, el barrio chino de Bangkok, donde fue saludado por miles de simpatizantes en plena celebración del Año Nuevo Chino. En la provincia sureña de Pattani, varios líderes locales han amenazado con enfrentarse con los manifestantes que han impedido el reparto de papeletas y urnas en numerosas circunscripciones de la región.

Manifestantes deletrean 'No Votar' con billetes de banco de baht tailandeses mientras marchan a través de Bangkok, el viernes. Las autoridades pueden cerrar los colegios electorales si estalla la violencia durante las disputadas elecciones del domingo. (Damir Sagolj/Reuters)
La campaña electoral se ha limitado a la presencia de algunos carteles de los partidos, con la excepción del Partido Demócrata, el principal de la oposición, que decidió boicotear los comicios y no presentar candidatos. La primera ministra en funciones, Yingluck Shinawatra, ha reiterado que el sufragio es la mejor forma de salir de la crisis, a pesar del boicot de los manifestantes y la oposición, apoyados por la elite burocrática, las clases acomodadas de Bangkok, el Ejército y gran parte del electorado sureño.

Boicot a las votaciones
El domingo pasado, los antigubernamentales impidieron la votación anticipada en la mayoría de los colegios electorales en la capital y algunos en otras provincias, donde intimidaron a los que trataron de ejercer su derecho. La Comisión Electoral afirmó que el recuento se alargará y que tendrá que organizar votaciones parciales en los próximos meses para los que no hayan podido depositar su papeleta y en las circunscripciones del sur donde los manifestantes impidieron el registro de candidatos.

Unos 200,000 policías han sido desplegados en todo el país para garantizar el desarrollo pacífico de la jornada electoral, de los cuales unos 10.000 lo harán en Bangkok, apoyados por unos 7.000 soldados. Al menos diez personas han muerto y más de 500 han resultado heridas en las protestas en diversos tiroteos y ataques con explosivos desde el pasado noviembre.

Los manifestantes exigen que antes de las elecciones se forme un consejo no electo que sustituya al Gobierno y aborde una reforma del sistema político que consideran corrupto y al servicio de los intereses del ex primer ministro Thaksin Shinawatra, hermano de Yingluck. Thaksin, depuesto en 2006 por un golpe militar, ha ganado directamente o a través de partidos afines todas las elecciones generales desde 2001 gracias al apoyo de la población rural del norte y noreste del país que se benefició de sus políticas sociales. El sector del turismo calcula que la última oleada de protestas ha causado ya unos 1.200 millones de dólares (unos 880 millones de euros) en pérdidas y advertencias de viaje por parte de 48 países. (EFE)