sábado, 22 de febrero de 2014

febrero 22, 2014
MADRID, España, 22 de febrero.- La próxima vez que se enfrente a una decisión importante en su vida como cambiar de trabajo, terminar con una relación sentimental o comprar una vivienda y quiera, como es más que probable, tomar una decisión razonada y tranquila, sin que sus emociones le jueguen una mala pasada, haga al menos una cosa: apague las luces.

Según el estudio, a mayor iluminación, más impulsivas y menos racionales nuestras decisiones. Mientras más iluminado un lugar, más propicio para vender.

O simplemente baje su intensidad. Un nuevo estudio de la Universidad de Toronto Scarborough demuestra que las emociones humanas, ya sean positivas o negativas, se sienten con más fuerza bajo una luz brillante. «En los días soleados las personas son más optimistas sobre el mercado de valores, sienten mayor bienestar y son más proclives a ayudar a otras, mientras que la exposición prolongada a los días sombríos y oscuros puede resultar en un trastorno afectivo estacional», dice Alison Jing Xu, responsable del estudio. «Contrariamente a estos resultados, se ha descubierto que en los días soleados las personas propensas a la depresión se deprimen aún más», añade. Y señala que los picos en las tasas de suicidio se producen durante al final de la primavera y en el verano, cuando la luz solar es abundante.

Los investigadores realizaron una serie de estudios para analizar la paradoja inusual de la iluminación y la emoción humana. El equipo pidió a un grupo de voluntarios que evaluaran una amplia gama de cosas bajo diferentes condiciones de iluminación: el picante de una salsa de pollo, la agresividad de un personaje de ficción, el atractivo de una mujer, sus sentimientos acerca de palabras específicas y el sabor de dos zumos.

Todo mucho más

Resultó que bajo luces brillantes, las emociones se dejaron sentir con mayor intensidad. En la habitación más iluminada, los participantes querían salsa de pollo más picante, pensaban que el personaje de ficción eran más agresivo, encontraron que las imágenes de mujeres eran más atractivas, se sintieron mejor sobre las palabras positivas y peor sobre las cosas negativas, y bebieron más del zumo «favorable» y menos del zumo «desfavorable».

Xu dice que el efecto de la luz brillante tiene en nuestro sistema emocional puede ser el resultado de que se percibe en forma de calor, y la percepción del calor podría activar nuestras emociones. «La luz brillante intensifica la reacción emocional inicial que tenemos a diferentes tipos de estímulos , incluidos los productos y las personas», afirma.

La mayoría de las decisiones que tomamos todos los días también se realizan bajo la luz brillante; si no, fíjese en la iluminación de su oficina o de algunas grandes superficies. Los investigadores creen que mitigar la luz puede ayudar a tomar decisiones más racionales o incluso a conformar negociaciones con mayor facilidad.

En el sentido contrario, los vendedores también pueden ajustar las luces a su favor. «Si usted está vendiendo productos que expresan emociones como flores o anillos de compromiso, tendría sentido que la tienda estuviera lo más iluminada posible», dicen Xu.

La investigadora señala que es probable que el efecto sea más fuerte en los días más luminosos alrededor del mediodía cuando la luz solar es más abundante y en regiones geográficas que experimentan más días soleados que nublados .

La investigación se publica en la revista Journal of Consumer Psychology . (ABC)