viernes, 7 de febrero de 2014

febrero 07, 2014
MÉRIDA, Yucatán, 7 de febrero.- En una breve semblanza del historiador Silvio Zavala Vallado, la regidora priista Marisol Gómez García resaltó la trayectoria de este yucateco destacado que hoy fue inmortalizado con la entrega de una medalla que lleva su nombre a lo mejor de la cultura y las artes en la persona de Adolfo Patrón Luján, en sesión solemne de cabildo que se desarrolló en el auditorio "Silvio Zavala" del Olimpo.

Marisol Gómez resaltó que se inmortaliza el nombre de Silvio Zavala Vallado, destacado yucateco, con la entrega de la medalla que lleva su nombre a Adolfo Patrón Luján, primer recipiendario de esta condecoración.

Graduado en la entonces Universidad del Sureste, hoy Universidad Autónoma de Yucatán y finalmente en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, don Silvio Zavala se trasladó a Madrid para hacer el doctorado, y luego estuvo durante tres años trabajando en Centro de Estudios Históricos de esta ciudad, hasta 1936, cuando el estallido de la Guerra Civil le obligó a regresar a su país.

Allí trabajó en el Museo Nacional de Historia de Chapultepec, al frente del cual se puso años más tarde y fundó la revista Historia de América, cuya dirección asumió hasta 1965. Durante esta época formó parte de la Junta de Gobierno.

En primera fila, los regidores Enrique Alfaro Manzanilla, Alejandra Cerón Grajales, Marisol Gómez García y Jorge Pech Rodríguez. Atrás, Guty Espadas Espinosa, Luis Castillo López, Jorge Dogre Oramas y Rubén Segura Pérez.

Miembro del Colegio de México desde 1940, su magisterio se llevó a cabo en la Universidad Autónoma de México y en otras universidades de Latinoamérica -Puerto Rico, (1945), La Habana (1946) y México City College-, y de los Estados Unidos -Harvard (1953), Washington y Ghent (1956)-. Desde esta época ocupó cargos relevantes en organizaciones internacionales como la UNESCO y la ONU, en la que estuvo a cargo de la sección de cultura y educación. Entre 1966 y 1975 fue embajador de su país en Francia.

En 1992 viajó a España, con motivo de haberse presentado su candidatura al Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, que respaldaban los departamentos de Historia de las Universidades de Sevilla y Navarra, y que no le fue concedido, pero aprovechó su estancia en la capital española para tomar parte, como representante del Colegio de México, en el Congreso Internacional de Universidades, en el que estuvieron presentes numerosas instituciones académicas de Europa y Latinoamérica.

Al año siguiente se propuso nuevamente su candidatura al Príncipe de Asturias, que le fue concedido el 14 de abril de ese año. Ese mismo año se le concedió la Medalla "Belisario Domínguez", máxima galardón que concede México a un hijo ilustre del país, y en 1996 fue investido doctor Honoris causa por la Universidad Autónoma de México (UNAM).

Su dedicación a la docencia no le impidió también incursionar en la investigación, a la que dio obras notables como Iberoamérica: una comunidad, que prologó Arturo Uslar Pietri en 1990, y por la que fue candidato al Premio Cervantes. Otras obras suyas publicadas son Por la senda hispana de la libertad (1991), La conquista de Canarias y América (1991), Entradas, congregas y encomiendas en el nuevo Reino de León (1992) y Suplemento documental y bibliográfico a la encomienda indiana (1994), que constituyen valiosos estudios de la historia americana durante la etapa colonial.

Es también miembro de numerosas instituciones, como la Academia Nacional de Historia y Geografía, la Academia Mexicana de Historia, la Academia Mexicana de la Lengua y correspondiente de numerosas Academias de la Historia; asimismo, pertenece a la Asociación Inglesa de Historia desde 1956 y el año siguiente ingresó en la Real Sociedad de Historia de Londres. Además de los antes citados, entre los galardones recibidos durante su trayectoria profesional se cuentan el Premio Nacional de México de Literatura (1969), el Premio de Historia de la Academia del Mundo Latino de París (1974), el Premio Arch. C. Gerlach del Instituto Panamericano de Geografía e Historia (1986). En 1988 se creó en México el premio de Historia Colonial de América que lleva su nombre, concedido con carácter anual por el Instituto Panamericano de Geografía e Historia.

En Mérida, hace 15 años que el auditorio del Olimpo lleva el nombre de tan destacado yucateco, auditorio Silvio Zavala Vallado.

En la entrega de la medalla se dio a conocer la trayectoria del recipiendario de la medalla "Silvio Zavala" a la cultura y las artes, Adolfo Patrón Luján.

A los 19 años de edad inicia labores en un pequeño negocio que habia fundado su padre en Mérida y que después se traslada a la Ciudad de México donde se transforma en Adhesivos Resistol, de la que fue director general y presidente del Consejo.

Entre otros logros, contribuyó a la transformación del almidón de yuca en productos industriales, fundó empresas para diferentes productos.

En el ámbito editorial contribuyó en la edición de las litografías de Catherwood que difundieron ampliamente la cultura maya así como la publicación de cinco libros sobre la cultura maya.

Algunos premios que ha recibido Patrón Luján han sido, en 1976, Ejecutivo del Año de la Asociación de Venta y Mercadotecnia, 1995 premio "Tlamantini" que otorga el fondo de investigación y cultura superior de la Universidad Iberoamericana, 2008, medalla "Yucatán" del Gobierno del Estado, 2010, Reconocimiento al Mérito al Desarrollo Cultural y Comunitario por parte de la Asociación de Mujeres Empresarias de Yucatán, entre otros premios.