jueves, 6 de febrero de 2014

febrero 06, 2014
Historias de reportero | Carlos Loret de Mola Álvarez | 6-II-14

El boletín de la Secretaría de Energía dice que “por motivos personales” Francisco Rojas, director general de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) renunció al gobierno. La historia es más sabrosa que eso.

El distanciamiento inició cuando el presidente Enrique Peña Nieto expuso a su equipo el contenido de la reforma energética que buscarían aprobar.

Todos estaban en sintonía. El secretario de Hacienda, Luis Videgaray, como cabeza del equipo negociador, respaldado desde Pemex por Emilio Lozoya y desde la Oficina de la Presidencia por Aurelio Nuño. En el aro, el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell; el dirigente del PRI, César Camacho; y los coordinadores parlamentarios Emilio Gamboa y Manlio Fabio Beltrones, con los legisladores y subsecretarios más relevantes.

Todos estaban en sintonía… excepto uno: el encargado de una de las dependencias más relevantes en la discusión energética, Francisco Rojas, el número uno de la CFE.

Rojas, a quien algunos definen como “el verdadero tesorero de Carlos Salinas” sin que nada se haya probado en tribunales hasta ahora, ha sido el director general de Pemex que más tiempo ha durado en el cargo en la historia de México.

Francisco Rojas se rodeó en la CFE de añejos personajes polémicos del PRI, como César Augusto Santiago —padre de eso que elegantemente llaman “operación electoral”— y Rogelio Cerda.

Su distancia generacional con el primer equipo de Peña Nieto, su oposición a la reforma energética más las sospechas que empezaron a crecer sobre cómo se estaban manejando las cosas en la CFE condujeron al despido de “Paco” Rojas —hecho oficial ayer por la mañana— y su relevo por un joven funcionario del grupo Videgaray: Enrique Ochoa Reza, con amplia experiencia en el sector.

Mientras tanto, en Morelia suenan cada vez más fuertes comentarios de quienes atestiguan que no hay buena relación entre el zar pro-Michoacán, Alfredo Castillo, y el procurador General de la República, Jesús Murillo Karam.

La química no fluye entre ambos desde el inicio del sexenio, cuando el presidente Peña Nieto instruyó que Castillo fuera nombrado subprocurador en la PGR de Murillo. No era del equipo del procurador, no coincidían en las estrategias a seguir y Castillo fue aislándose hasta que el escándalo Lady Profeco lo lanzó a encabezar la Procuraduría Federal del Consumidor, donde ya nada tuvo que ver con su ex jefe Murillo…

…hasta ahora que existe el mandato presidencial de que, cuando se trate de Michoacán, la Procuraduría General de la República (PGR) esté bajo la coordinación del flamante comisionado Castillo.

Frente al odio y los ataques mutuos a los que nos acostumbraron los del gabinete de Seguridad del ex presidente Calderón, estos casos pierden atractivo. No obstante, el gobierno actual no debe olvidar la bandera que ha presumido cuando busca diferenciarse del sexenio anterior: “ahora existe coordinación”.

SACIAMORBOS

Tarjeta amarilla para el embajador de México en Canadá. En declaraciones a la prensa, vapuleó la relación bilateral —en varias cosas tiene razón— ¡a unos días de la visita de Harper a Toluca!