jueves, 20 de febrero de 2014

febrero 20, 2014
ESTADOS UNIDOS, 20 de febrero.- Megan Rice, una monja católica de 84 años, fue sentenciada a dos años y once meses de cárcel por irrumpir en un complejo nuclear, en protesta contra ese tipo de armamento. Dos activistas, un veterano de la guerra de Vietnam y un pintor de Minesota con historial delictivo, acompañaron a la religiosa en la protesta, llevada a cabo en 2012. Ambos fueron condenados a cinco años de prisión.


En su alegato ante el juez, la monja le pidió que la sentenciara a pasar el resto de su vida en la cárcel. “Por favor no tenga indulgencia conmigo. Permanecer en prisión el resto de mi vida sería el mayor regalo que podría hacerme”, afirmó Rice.

El juez federal Amul Thapar dijo que luchó por encontrar la condena correcta para equilibrar las buenas obras pasadas de Rice. La defensa argumentó que los activistas no opusieron ningún tipo de resistencia en el momento de su detención y que sus acciones tenían una naturaleza simbólica.

Provistos de linternas y un cortador de cerrojos, Rice y los activistas rompieron la valla de entrada para acceder al Y-12 National Security Complex (Tennesse), donde permanecieron dos horas pintando mensajes contra armas nucleares y con citas bíblicas.

El director de la planta, Steve Erhart, indicó entonces que no solo provocaron importantes daños materiales, sino que la ruptura de las medidas de seguridad dañó la credibilidad del complejo como un lugar seguro para almacenar material tan sensible. El Y-12 es uno de los principales centros de almacenamiento nuclear en EEUU y en el lugar se producen elementos de uranio para cabezas nucleares. (La Razón / EFE)