viernes, 7 de febrero de 2014

febrero 07, 2014
EL VATICANO, 7 de febrero.- El vocero del Vaticano, Federico Lombardi, criticó al Comité de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Niños por actuar “más allá de sus competencias”, y sostuvo que la Santa Sede ha sido objeto de una “atención mediática injustamente nociva”.


En un histórico informe presentado el pasado miércoles 5, la ONU acusó a la Santa Sede de proteger institucionalmente a sus sacerdotes pederastas y manifestó su preocupación por qué, en su opinión, la iglesia católica no solo desdeñó la amplitud de los crímenes de los clérigos que abusaron sexualmente de menores, sino que propició su impunidad.

En respuesta, Lombardi publicó este viernes un artículo en la página web de Radio Vaticano, en el que destaca que el informe de Naciones Unidas contiene “graves límites”, pues no han tenido en cuenta las respuestas escritas y orales que los representantes de la Santa Sede han dado sobre ese tema.

No obstante, asegura que no hay “enfrentamiento” alguno entre la ONU y el Vaticano, y que la Santa Sede continuará su compromiso para que se aplique la Convención de Derechos de la Infancia y mantendrá un diálogo abierto y constructivo con todos los organismos.

De acuerdo con el sacerdote jesuita, lo “más grave” es que, en sus observaciones, el comité “parece ir más allá de sus competencias” al tratar de interferir en las posiciones doctrinales y morales de la Iglesia católica, dando indicaciones que involucran valoraciones sobre la anticoncepción o el aborto.

“No se puede no observar que el tono, el desarrollo y la publicidad dada al documento son absolutamente anómalos respecto al normal proceder en relación con los otros Estados parte adherentes a la convención”, recrimina.

Según la nota del vocero del Vaticano, las recomendaciones del Comité de la ONU sobre los Derechos de los Niños son a menudo “flacas” y “de peso relativo”, por ello “no es casualidad que nunca hayan tenido eco a nivel de la prensa internacional, incluso en el caso de los países donde los problemas de derechos humanos y de la infancia son notoriamente graves”.

Reclama, asimismo, que no obstante que los delegados del Vaticano ofrecieron respuestas escritas y orales a las preguntas de los miembros del comité, esas no fueron tomadas en cuenta porque en el informe no se encuentra ni siquiera un reflejo de la información proporcionada.

“(Esto) hace pensar que el mismo ya estaba prácticamente escrito o, por lo menos, preparado antes de la audición (del 16 de enero en Ginebra, en la cual comparecieron los representantes pontificios)”, indica.

El portavoz advierte que muchas veces, a lo largo de 20 años, la sede de la Iglesia católica explicó su naturaleza y precisó que no todos los clérigos católicos del mundo dependen de su competencia directa, pero el reporte, añade, no tomó en cuenta esto.

Y cuestiona:

“¿No se es capaz de entender o no se quiere entender? En cualquier caso uno tiene derecho a sorprenderse”.

Señala que el modo de presentar las objeciones y la insistencia sobre diversos casos particulares parece insinuar que el comité dio mayor atención a conocidas organizaciones, perjudicialmente contrarias a la Iglesia católica, antes que a la posición de la Santa Sede misma, firmante de la convención.

“Es típico de tales organizaciones no querer reconocer lo que ha sido hecho por la Santa Sede y la Iglesia en estos años recientes en el reconocer errores, en el renovar las normativas, en el desarrollar medidas formativas y preventivas”, denuncia.

Para Lombardi, El Vaticano ha sido objeto de una “atención mediática injustamente nociva” a causa del informe, y ponderó que la ONU también se llevará las consecuencias negativas por las críticas graves que el mismo comité se ha ganado, por actuar “más allá de sus competencias”.

Remata:

“La firma de la convención ha sido motivada por un empeño histórico de la Iglesia universal por el bien de los niños. Quién no se da cuenta de lo que esto representa para el bien de los niños en el mundo quiere decir que no conoce bien esta dimensión de la realidad”.

En su informe publicado el pasado miércoles 5, la ONU manifestó su preocupación por el hecho de que la Santa Sede no haya reconocido la amplitud de los crímenes cometidos, ni tomado las medidas apropiadas para afrontar los casos de pedofilia y proteger a los niños. “Ha adoptado políticas y prácticas que han propiciado la continuación de los abusos y la impunidad de los autores”, enfatizó.

Y en sus recomendaciones exigió al Vaticano que de inmediato aparte de sus funciones a los clérigos pederastas y a los sospechosos de serlo, para que los denuncie a las autoridades judiciales y así sean investigados y procesados.

El informe criticó duramente la vieja práctica vaticana de cambiar de parroquia a los curas pederastas, a fin de protegerlos de la justicia civil.

“La práctica de la movilidad de los criminales, que ha permitido a muchos sacerdotes permanecer en contacto con niños y seguir abusando de ellos, continúa exponiendo a niños de numerosos países a un alto riesgo de sufrir abusos sexuales”, subrayó.

La ONU también pidió a la Santa Sede que modifique sus normas respecto al aborto, ya que en ocasiones resultan nocivas para la salud de las mujeres. Con este señalamiento hizo referencia a la postura eclesiástica de rechazo total a la interrupción de los embarazos.

Asimismo, recomendó que en las escuelas católicas se imparta una adecuada educación sexual a los niños y a las niñas, para que con bases científicas éstos puedan asumir su sexualidad a plenitud.

El informe fue elaborado luego de que en Ginebra, Suiza, una delegación del Vaticano fue interrogada sobre sus medidas contra la pedofilia y la protección que brindan a la niñez.

El interrogatorio fue hecho por 18 expertos del Comité de los Derechos del Niño, cuya presidenta es Kirsten Sandberg. El comité llegó a la conclusión de que la Santa Sede, con su política de protección a pederastas, viola flagrantemente la Convención de los Derechos del Niño de la ONU, firmada por la Santa Sede y otros países en 1989. (Proceso)