sábado, 22 de febrero de 2014

febrero 22, 2014
CIUDAD DEL VATICANO, 22 de febrero.- Los nuevos príncipes de la "Iglesia pobre y para los pobres", según la orden de creación, se arrodillan y Francisco les impone el solideo y el birrete cardenalicio. Después, el Pontífice asigna a cada uno de ellos una Iglesia de Roma, como "signo de participación en la preocupación pastoral del Papa en la Urbe". Después de la entrega de la bula de creación cardenalicia y de los títulos y las diaconías, Bergoglio intercambió con cada uno de los nuevos cardenales el abrazo de la paz.El de hoy pasará a la historia como el Consistorio de dos hombres vestidos de blanco. Dos Papas para los nuevos cardenales.
«La Iglesia necesita el valor de ustedes para anunciar el Evangelio en cada ocasión oportuna y no oportuna, y para ofrecer testimonio a la verdad». Lo dijo Papa Francisco en la homilía del Consistorio público para la creación de los nuevos cardenales, ceremonia a la que asistió el Papa Emérito, Benedicto XVI. (AP)
Ante los nuevos 18 purpurados (uno no asistió a la ceremonia) y su predecesor, Joseph Ratzinger, Francisco trazó en la Basílica de San Pedro el manifiesto espiritual y el "vademécum" para quienes sirven a la Iglesia en lugar de servirse de ella. "Ser discípulos de Jesús es embarcarnos en una aventura de santidad y de amor, cuya medida es la de no tener medida, y que puede exigir incluso el don de la vida, como ha sucedido y sucede para tantos cristianos en el mundo", explicó el neo-cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado vaticano, en nombre de los demás nuevos purpurados, durante su saludo a Papa Francisco al principio de la ceremonia.

«También en este momento -explicó- Jesús camina ante nosotros. Él siempre está delante de nosotros. Él nos precede y nos abre el camino… Y esta es nuestra confianza y nuestra alegría: ser sus discípulos, estar con Él, caminar detrás de Él, seguirlo… Esto nos sorprende en los Evangelios -indicó Francisco-, Jesús camina mucho, e instruye a los suyos a lo largo del camino. Esto es importante. Jesús no vino a enseñar una filosofía, una ideología… sino una vía, un camino que debemos recorrer con Él, y el camino se aprende recorriéndolo, caminando». (AP)

"Hoy, en cierto sentido, ratificamos pública y solemnemente esta opción", precisó Parolin. Palabras en sintonía con el discurso del Pontífice. "La Iglesia nos necesita para que seamos hombres de paz y para que hagamos la paz con nuestras obras, nuestros deseos y nuestras oraciones -afirmó Bergoglio. El Evangelio nos purifica interiormente, ilumina nuestras conciencias y nos ayuda a sintonizarnos plenamente con Jesús".

Pero esto, prosiguió Bergoglio, «no es fácil, no es cómodo, porque el camino de Jesús escoge es el camino de la Cruz. Mientras están en camino, Él habla a sus discípulos sobre lo que le sucederá en Jerusalén: anuncia su pasión, muerte y resurrección», y ellos se sorprenden y se llenan de temores, porque en lugar de participar del triunfo del Mesías, lo ven morir. Pero, al contrario de los discípulos de entonces, «nosotros sabemos que Jesús ha vencido, y no debemos tener miedo de la Cruz, es más, en la Cruz tenemos nuestra esperanza. Sin embargo, también nosotros somos humanos, pecadores», y estamos expuestos a la tentación de pensar como los hombres y no como Dios. (AP)

Los nuevos cardenales que recibieron hoy la púrpura son el Secretario de Estado, Pietro Parolin, el secretario del Sínodo, Lorenzo Baldisseri, el prefecto de la Congregaión para la Doctrina de la Fe, Gerhard Ludwig Müller, el prefecto para el Clero, Beniamino Stella, el arzobispo de Westminster, Vincent Nichols, el de Managua, Leopoldo José Brines Solórzano, el de Québeq, Gérald Lacroix, el de Abidjan, Jean-Pierre Kutwa, el de Río de Janeiro, Orani Joao Tempesta, el de Perugia, Gualtiero Bassetti, el arzobispo de Buenos Aires, Mario Aurelio Poli, el de Seúl, Andrew Yeom Soo-jung, el de Santiago de Chile, Ricardo Ezzati Andrello, el de Ouagadougou (Burkina Faso), Philippe Ouédraogo, el de Colabato (Filipinas), Orlando Quevedo, y el de Les Cayes (Haití), Chibly Langlois. También entrarán al colegio cardenalicio tres con más de ochenta años: el español Fernando Sebastián Aguilar y el antillano, Kelvin Edward Felix; Loris Capovilla recibirá la púrpura después, en su residencia de Sotto il Monte (en Bérgamo).

Cuando se piensa de forma mundana, se preguntó Francisco, ¿cuáles son las consecuencias? «Si prevalece la mentalidad del mundo, surgen las rivalidades, las envidias, las facciones… Entonces, ¡esta Palabra que hoy nos dirige el Señor es tan saludable! Nos purifica interiormente, ilumina nuestras conciencias y nos ayuda  a sintonizarnos plenamente con Jesús, y a hacerlo juntos, cuando el colegio de los cardenales crece con la entrada de nuevos miembros». El Papa pidió a los cardenales que se dejen llamar por Jesús, para escucharlo y «para convertirse, cada vez más, en un solo corazón y en una sola alma». (AFP)

Después de haber entregado el birrete a 17 de los nuevos cardenales en el altar de la Confesión, Francisco bajó a la nave para acercarse a Jean-Pierre Kutwa, en silla de ruedas, para imponerle el solideo y el birrete. El Papa después leyó la fórmula oficial también para Loris Capovilla, ausente en la ceremonia, y cuya púrpura será entregada en su residencia. (GIACOMO GALEAZZI / Vatican Insider)