viernes, 14 de febrero de 2014

febrero 14, 2014
ROMA, 14 de febrero.- El primer ministro (premier) de Italia, Enrico Letta, dimitió de su cargo ante el presidente de la República, Giorgio Napolitano, tras 10 meses en el poder, informó este viernes la presidencia.

Letta presentó su "renuncia irrevocable", afirma el comunicado, que precisa que Napolitano iniciará consultas este mismo viernes para la formación de un nuevo Ejecutivo.

El primer ministro dimisionario Enrico Letta deja en coche el Quirinal al final de la entrevista con el Presidente de la República, Giorgio Napolitano. (ansa)

Acorralado por su propio partido de centroizquierda, el Partido Democrático (PD), el jefe de gobierno Letta presentó su renuncia, para dejar probablemente el cargo al nuevo líder de su formación, el joven alcalde de Florencia, Matteo Renzi, 39 años, quien forzó la crisis de gobierno.


Letta llegó hacia el mediodía a la sede de la presidencia de la República, el Palacio del Quirinale, donde permaneció cerca de una hora.

"Gracias a todos los que me han ayudado cada día como si fuera el último", escribió en un tuit Letta poco antes de entrar.

Letta, al frente de una inédita coalición de partidos de izquierda y de derecha, anunció el jueves su intención de presentar su dimisión tras ser defenestrado por Renzi.


La crisis coronó varios meses de lucha fratricida entre Letta y Renzi, quien retiró el apoyo al débil gobierno de coalición después de que la dirección del PD respaldara su salida por 136 votos a favor y 16 en contra.

Los medios italianos expresaban su preocupación por el desenlace de esta nueva sacudida de la política de Italia, que trata de sobreponerse a la crisis económica.

Se trata del tercer cambio de gobierno sin que su líder cuente con el respaldo de las urnas.

El presidente Napolitano, el único con el poder para convocar nuevas elecciones, según las normas de una república parlamentaria, descartó nuevos comicios.

En caso de ser nombrado a la jefatura de gobierno, Renzi se enfrentará a enormes problemas tanto políticos como económicos, entre ellos una gigantesca deuda pública y un desempleo juvenil que ronda el 40 por ciento. (AFP)