viernes, 21 de febrero de 2014

febrero 21, 2014
MÉRIDA, Yucatán, 21 de febrero.- Rebeca Montañez Avila, empleada voluntaria del departamento de crédito de la “Caja Popular 29 de Mayo”, que fue creada hace aproximadamente 40 años por iniciativa del Pbro. Carlos Heredia Cervera, acudió ayer a POR ESTO! para denunciar “los malos manejos que se han estado realizando en los últimos años en esa caja que carece de personalidad legal y jurídica, con lo que ponen en riesgo el dinero de sus alrededor de 200 socios”.


Señaló la quejosa que el Pbro. Heredia Cervera, quien era su tío, fundó esa caja cuando era guía espiritual del Grupo Interparroquial de Empleadas de Acción Católica, y que al fundarla tenía el elevado propósito de fomentar el ahorro y crear un pequeño fondo para otorgar préstamos a las alrededor de 20 muchachas de ese grupo.

Como era un hombre de corazón altruista, apegado a Dios y al bien, cuando le informaron que iban a ponerle su nombre a la caja, Heredia Cervera no lo aceptó, pero aceptó en cambio que le pusieran por nombre la fecha de su ordenación sacerdotal.

Dijo la entrevistada que con el paso de los años, esta caja se fue ampliando a amistades y familiares de las 20 fundadoras, y lo que en un principio fuera un pequeño y controlado capital, se ha incrementado sustantivamente, llegando a ser actualmente, según considera, de entre 7 y 8 millones de pesos. Tan es así, que en una copia del último informe leído en asamblea hace unos meses, se asienta que el departamento de crédito otorgó en el año 2012 préstamos por la suma de $1´214,810.00. 

No obstante, subraya, la Caja no tiene personalidad legal y se maneja a la voluntad de un grupo de personas que conforman la directiva, directiva que debe cambiar cada tres años, pero aunque se realizó la elección de una nueva presidenta (Martha Mex Can) hace más de un año, se le niega el acceso a registrar su firma por parte de dos socias y ex presidentas de la Caja: Emilia Martín y Lilia Piña, que son quienes tienen el control de firmas, el acceso a la bóveda de resguardo de alhajas, y que incluso han abierto otras cuentas a nombre de familiares (hasta del mismo contador de la caja), para realizar los depósitos en efectivo de la caja, según dicen para evitar el pago al impuesto (IDE) obligatorio.

El hecho es que, explica, desde hace 10 años Emilia Martín tiene el control documental y material de la caja, a pesar de que en todo este tiempo la asamblea de socios no le ha conferido ningún nombramiento oficial.

Nunca ha dado un informe detallado de finanzas

Y acusa: 

-Jamás ha habido un informe detallado de las finanzas, y en los informes anuales jamás se ha mencionado cuánto dinero maneja la caja. Nunca nos han dicho: El dinero se ha invertido aquí o allá. Nunca hemos sabido cuál es el capital, jamás se ha mencionado ni cuáles son los intereses en global que se van a repartir ni mucho menos tenemos acceso a revisar documentos. 

Como yo he expresado mi inconformidad con la forma ilegal en que manejan las cosas, Miriam, su sobrina, es mi vigilante personal que no me permite tocar ni un documento. He visto notas donde le paga a la sobrina por limpieza del salón, le da aguinaldo, le paga a la capturista, le paga al contador y luego en cada asamblea, muy orondos, vuelve ella a decir: Aquí todo el trabajo es apostólico. Aquí todo el trabajo es voluntario, aquí nadie cobra un centavo. 

¿Y el jineteo del dinero del que no dan ningún informe? ¿No es una forma de cobro? Por eso a fin de año, a los socios les dan muy poquito dinero que no representa sino una muy pequeña parte de lo que debieran ser sus ganancias.

Paseos por Europa

Señala también doña Rebeca que Emilia Martín Cárdenas es asistente personal del padre José Francisco Basto Aguilar, quien tiene el cargo de Coordinador de la Pastoral Misionera en Mérida y es párroco de la Iglesia de Nuestra Señora del Refugio de los Pecadores. 

Agrega que el Padre Basto tiene una cuenta en la “Caja Popular 29 de Mayo” de más de cien mil pesos, y comenta:

-A mi me extraña que las personas en todos los trabajos se la pasan trabajando, y muy pocos podemos darnos el gusto de visitar Europa, de irnos aquí, de irnos allá. En cambio ella, que es secretaria de Basto allá en la Iglesia, y comparte lo de animación misionera, sale de viaje con él a Europa, a Tierra Santa, a donde él vaya. 

Un despojo

Otro agravante, explica, es el despojo de una casa, ubicada en la calle 47 número 522, por 50 y 52, en el centro, que hace 4 años nos dejó una socia, Evelia Caballero Solís, en su testamento, y que jamás se dio a conocer a los socios de la caja, porque en vez de entregarse a los socios en asamblea para que decidan su destino, dado que se podría hacer, por ejemplo, un centro social allá, Emilia Martín el Padre Basto la convirtieron en el local de la Escuela de Animadores Misioneros, ESAM. 

En el CODAE

Por otra parte, doña Rebeca señala que por la preocupación de lograr que la “Caja Popular 29 de Mayo” se vuelva una institución legalmente constituida, el año pasado acudió a hablar con el Vicario General de la Arquidiócesis, Joaquín Vázquez Avila, para explicarle lo que estaba pasando. Y él, acertadamente, la remitió al Consejo Diocesano de Asuntos Económicos (CODAE), donde a fines de noviembre la atendió con mucha amabilidad la coordinadora jurídica, licenciada Teresita de Jesús Anguas Zapata, quien le dijo que estaba próxima una reunión del Colegio de Abogados del Clero que presidiría el Arzobispo Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, donde se trataría ese caso y que ella les llamaría para darles la respuesta. 

Además, la misma Teresita de Jesús les advirtió que era sumamente peligroso que todos los recursos de la caja estuvieran a nombre de particulares. 

Confiando en que sería tratado dicho caso, tres semanas después, al ver que ella no les llamó, le hablaron por teléfono y descubrieron un cambio en su actitud, pues escuetamente les dijo que “Monseñor Berlie ya dio instrucciones de que se atienda su asunto”.

-Pero, ¿de qué manera, con qué abogado? –le preguntó. Sin embargo, no le quiso dar ningún dato más y se contentó con repetirle “como grabadora”: 

-El Arzobispo ya tiene conocimiento y ya dio instrucciones.

Entonces sus amigas y ella dijeron: Vamos a esperar, vamos a confiar, y dejaron pasar enero. Pero a fines de enero, como Emilia Martín tiene sus preferidos, en una junta directiva a la que convocó y a la que como de costumbre no invitó a doña Rebeca, intentó expulsar sin razón a una socia de nombre Georgina y ya grande de edad, que en ese momento se encontraba en la oficina de la caja. 

Esa socia había pedido un préstamo de 60 mil pesos para comprar un carro para unas placas de taxi que maneja un familiar de ella, y ofreció devolver ese dinero en diciembre pasado cuando sus hijos cobraran sus aguinaldos, pero ese mes Emilia cerró la caja por dos semanas, por lo que la socia tuvo que acudir a pagar hasta enero, pero no le permitieron pagar la totalidad del adeudo, sino le dijeron que le iban a aceptar solamente 10 mil pesos quincenales, y que tendría que pagar intereses por lo demás, lo que doña Georgina aceptó.

Sin embargo, Emilia Martín hace la junta directiva, acusa a la socia referida de estar buscando problemas y salen de la junta dos personas, el contador de la caja y un abogado que no es de la directiva, para amenazar a la señora Georgina con la expulsión. Indignada, Rebeca los pone en su lugar señalándoles que la señora merece respeto y que es improcedente su actitud, porque doña Georgina no hizo nada malo. Entonces se retiran, pero después, según explica Rebeca, acompañado de un abogado el padre Basto acude a la casa de doña Georgina para decirle que deje en paz a Emilia Martín, que deje de estar llamándola. 

Doña Rebeca afirma que no es cierto que la señora Georgina haya estado molestando a Emilia, sino que como hay tantos problemas internos, ella está buscando hacerse pasar como una víctima de los demás.

El conflicto, señala Rebeca, se debe además a que Emilia Martín asume poses dictatoriales, y todo esto con el aval absoluto del padre Basto. ¿Cómo es posible?

Lo que pasó en el CODAE

Volviendo al asunto de la queja ante el CODAE, doña Rebeca señala:

-Yo pienso que como está de por medio el padre Basto, lo llamaron, y él habrá puesto por los cielos a Emilia: que son difamaciones, que yo la conozco hace más de 20 años, es mi colaboradora, equis y equis, y Basto se encargó de echarnos a nosotros la tierra. 

Entonces señala:

Hay dos cosas importantes para mí. Que ella definitivamente deje el poder. Que si Martha Mex no quiere o no puede hacerse cargo de esto, se convoque a una nueva directiva, pero con miras a legalizar esto, pues es lo justo para los actuales socios que la han hecho crecer y merecen toda la seguridad e integridad en el manejo de sus fondos.

Nos daría mucha confianza contar con la asesoría contable y jurídica de personal recomendado por la Arquidiócesis de Yucatán, A.R., para conocer cómo lograr la estabilidad de la caja sin privilegiar ni excluir a nadie que de buena fe quiera sumarse a esta tarea. 

Y otra cosa todavía más importante: Yo soy partidaria de que se abra una auditoria de los últimos años en que Emilia ha estado jineteando el dinero.

Porque sólo de esa manera vamos a poder saber los socios hasta qué grado hay o no desvíos. Porque de que hay desvíos hay desvíos, que me constan.

Lo maneja como un negocio personal.

Dice también que está preocupada porque ella recibe en el departamento de crédito las alhajas que los socios dejan en garantía por los préstamos, y posteriormente las entrega a Emilia, quien tiene la llave de la bóveda bancaria. 

A mí, señala, no me ampara ningún documento cuando le entrego a ella las alhajas y tengo más de 8 años en el departamento de crédito. Por eso me pregunto: ¿Qué pasa si en venganza ella decide desaparecer o alterar algo?

Y finalmente recuerda: 

-La creación de la caja fue una gran obra humanista del padre Heredia. Por eso me duele, en verdad sufro al mirar en lo que se ha convertido: el botín de unos cuantos hipócritas. Por eso ruego a ustedes, señores del CODAE, que el Espíritu Santo les permita discernir la gravedad del asunto. (Roberto López Méndez para Por Esto!)