martes, 11 de febrero de 2014

febrero 11, 2014
Eduardo Ibarra Aguirre / Utopía 1358 / 12-II-14

Hasta Azoyú, en la región de la Costa Chica de Guerrero, fue Andrés Manuel López Obrador para anunciar a los militantes y partidarios del Movimiento Regeneración Nacional que “si la gente así lo decide buscaré de nuevo la Presidencia de la República”, en las elecciones de junio de 2018.

En su tercer día de visita a Guerrero para recorrer 12 municipios, López Obrador encontró oportuno en términos del alcance noticioso y la cobertura informativa el acto realizado en Azoyú, que cuenta con una extensión de 394.79 km² y una población de 14 mil 429 habitantes, para dar a conocer una decisión que afectará a Morena aún sin registro electoral, al conjunto de las izquierdas y la vida política del país.
(Foto http://lopezobrador.org.mx)

Por el momento y la plaza seleccionados pareciera un anuncio de rutina, que tuvo cierta relevancia aunque los asesores del tabasqueño de Macuspana están obligados a trabajar más y mejor este tipo de discursos si lo que buscan es auspiciar un movimiento que rebase las estrechas filas de Regeneración Nacional e involucre, como en 2006 y 2012, a millones de ciudadanos sin partido.


Está muy bien que el otrora jefe de Gobierno del Distrito Federal insista machaconamente porque es muy necesario, que “no podemos darnos por vencidos, hacernos a un lado ni jubilarnos; tenemos que seguir insistiendo tercamente hasta lograr que las cosas cambien en nuestro país”.

Lo que no pareciera pertinente es que cuando los dirigentes del Partido de la Revolución Democrática, nucleados alrededor de Cuauhtémoc Cárdenas, pugnan por la convergencia de las izquierdas para hacer reversibles en junio de 2015, por medio de una consulta popular aún sin ley secundaria que la convierta en realizable, AMLO adelante que “cuando triunfe Morena cancelará todas las contrarreformas aprobadas recientemente: educativa, laboral, fiscal, energética” y que “regresará el artículo 27 de la Constitución –producto de la Revolución mexicana–, tal como lo dejaron los constituyentes de 1917”.

Como definición de largo alcance resulta plausible el compromiso del otrora presidente del perredismo, pero en plena puja de las izquierdas parlamentarias por revertir la recién decretada reforma energética, festejada ilimitadamente por sus arquitectos y promotores, no es preciso forzar el entendimiento para interpretar que hasta antes de la elección presidencial no se puede hacer gran cosa, y que la reversibilidad de la drástica apertura energética de Enrique Peña a las trasnacionales sólo será dable con el triunfo electoral de López y Morena.

Primero porque no es exacto, pues tras el difícil triunfo en las urnas está por verse la capacidad para hacerlo respetar, como quedó evidenciado cuando menos en 2006. Y en 2012, tras el polémico dictamen del Tribunal Electoral no se intentó nada significativo y a las semanas una parte de los dirigentes que apoyaron a Obrador suscribieron el Pacto por México, como si nada hubiera pasado en las urnas.

Después porque hasta ahora los dirigentes de Morena, entre ellos su presidente Martí Batres, subrayaron que el partido que encabeza Jesús Zambrano “pavimentó el camino de la reforma energética” al no sólo suscribir sino hasta presentar como autor intelectual a su tocayo Ortega Martínez.

Pero de ahí a vincular la reversibilidad de las reformas estructurales con un triunfo electoral en 2018, es cuando menos un diagnóstico por debatir y poco viable, porque construir la victoria política y jurídica implica articular desde hoy una gran mayoría que sólo es alcanzable con el concurso de todas las izquierdas parlamentarias y  extraparlamentarias.

Acuse de recibo

“Comparto tus puntos de vista”, dice José Luis Ortiz Santillán sobre el texto Calificaciones: Moody's y consumidores (7-II-14)… María Cervantes añade: “Claro que las ‘calificadoras son un eslabón más en la cadena de corrupción trasmundial que gobierna a través de estadistas títeres y partidos que a su vez medran tanto con sobornos de trasnacionales como con los recursos de la población de la que se sirven”… También informa que “Al cumplirse ocho años de la tragedia que en la Mina de Pasta de Conchos, Coahuila, mató a 65 mineros del carbón, de los que quedaron sepultados 63 de ellos, una caravana integrada por viudas, huérfanos y mineros del carbón estará en el DF del 17 al 20 de febrero. El día 18 se celebrará una rueda de prensa en el Centro Pro-DH (Serapio Rendón 57-B, colonia San Rafael) sobre el oficio del titular de la STPS, Alfonso Navarrete Prida, a la PGR para que se realice un peritaje para determinar la posibilidad de recuperar para sus deudos los restos de los 63 mineros sepultados. En la tarde habrá un diálogo en la Cámara de Senadores; el 19 se celebrará la Eucaristía-protesta del 8° Memorial a las puertas de Grupo México a las 12 horas (informes al teléfono 52 50 03 28)”… La conferencia El futuro de la izquierda en México, con Rosa Albina Garavito, se efectuará el 13 a las 18 horas en Flacso México. Confirmar al 30 00 02 00, extensión 344.