martes, 7 de enero de 2014

enero 07, 2014
BAGDAD / FALUYA, Irak, 6 de enero.- Los civiles huyen de Faluya (Fallujah) y la conocida como 'ciudad de las mezquitas', por el gran número de templos, situada 60 kilómetros al oeste de Bagdad, se prepara para un asalto militar a gran escala. Nuri al-Maliki, primer ministro y comandante en jefe de las fuerzas armadas iraquíes, tiene a sus hombres a las puertas del bastión suní tomado desde hace cuatro días por milicianos del Estado Islámico de Irak y Levante (EIIL), pero parece dispuesto a dar una última oportunidad a las tribus locales para evitar la operación.


Insurgentes en Fallujah. Después de la conquista de la ciudad por islamistas, el primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, ha pedido a los residentes y a los representantes de las tribus que resistan. (AP)(clic a las imágenes)

En un discurso televisado a la nación el mandatario chií instó a la población de Faluya a «expulsar a los terroristas de la ciudad» para que no se produzcan enfrentamientos armados barrio por barrio. El jeque Ahmed Abu Risha, líder tribal responsable del 'sahwa' (consejos del despertar, grupos de combatientes suníes aliados con el Gobierno), aseguró a la cadena Al-Yasira que «hay un acuerdo con el Ejército para que no entre a los centros urbanos de Faluya y Ramadi. El plan del EIIL era llevar la lucha a la guerra urbana porque saben que en el desierto están perdidos».


Islamistas se preparan para la batalla en las calles de Fallujah. En la televisión estatal, el primer ministro Maliki pidió el lunes al pueblo y las tribus de Faluya que expulsen a los terroristas. Así que ellos deben evitar que sus barrios se conviertan en el escenario de combates entre los rebeldes y las tropas del gobierno. (Reuters)
Ramadi es la capital de la provincia de Anbar, de mayoría suní y fronteriza con Siria, donde en los últimos días han muerto más de trescientas personas en los choques entre el EIIL y las fuerzas de seguridad, que cuentan con el apoyo de los combatientes de Abu Risha. La historia se repite en Anbar, donde en 2004 las fuerzas estadounidenses intentaron tomar por la fuerza Faluya y no lograron doblegar a los insurgentes locales que, con la ayuda de numerosos yihadistas de Al-Qaeda, hicieron de esta provincia el lugar donde más bajas sufrieron las fuerzas invasoras.

En 2006, el general David Petraeus logró convencer a los insurgentes iraquíes de la necesidad de hacer frente a Al-Qaeda y, a cambio de un sueldo, cambiaron de bando. Estados Unidos, que salió del país árabe en 2011 tras no alcanzar un acuerdo de permanencia con las autoridades locales, sigue siendo aliado militar de Bagdad y el Pentágono anunció que acelerará la entrega de misiles y aviones no tripulados de vigilancia para hacer frente a Al-Qaeda.

Guerra interna en Siria

Los terroristas quieren demostrar su poder. Los combatientes de la milicia Estado Islámico de Irak y Levante (EIIL) patrullan la ciudad siria de Tall Abiad enarbolando su bandera. La ciudad está situada en la frontera con Turquía. Los extremistas han asegurado los cruces fronterizos, arrebatándselos a otros grupos rebeldes sirios. En Irak, las unidades de EIIL han puesto bajo su control lugares de la provincia occidental de Anbar, incluyendo Faluya. El EIIL es aliado del grupo extremista al-Qaeda, que opera a través de las fronteras nacionales. (Reuters)

Miembros del grupo rebelde Dschabhat al-Nusra controlan un vehículo en un retén: esta milicia fue inicialmente parte del EIIL y ambos grupos están cerca de al-Qaeda. Luego se dividieron. El EIIL es aún más radical que Dschabhat al-Nusra. (Reuters)

Rebeldes sirios se entrenan. No son miembros del EIIL, sino que pertenecen a otro grupo rebelde. (Reuters)


Los 'consejos del despertar' llegaron a tener más de 100,000 milicianos, pero tras la retirada americana Al-Maliki nunca confió en ellos y apenas empleó a 17,000 en unas fuerzas de seguridad de marcado carácter chií. Este abandono de los 'consejos del despertar', unido a la guerra en Siria, de donde el EIIL ha logrado introducir armas y combatientes a Irak por la larga y porosa frontera compartida, son dos de los factores que han llevado a Al-Maliki a volver a negociar con las tribus suníes en busca de una colaboración que salve al país de una nueva guerra sectaria a gran escala. En los últimos años los extremistas han demostrado una y otra vez su capacidad para golpear en las ciudades del país a base de atentados, pero es la primera vez que toman ciudades enteras e izan sus banderas negras como ocurre en Faluya y Ramadi.

Con su ofensiva en Irak -lanzada tras la evacuación por la fuerza de una acampa de protesta contra la política sectaria del Gobierno de Al-Maliki que desde hace un año se mantenía en Ramadi- el EIIL une sus frentes de iraquí y sirio. Mientras en Irak hace frente a Al-Maliki y a las tribus locales, en Siria se enfrenta al Ejército de Bashar el-Asad y al recién creado Frente Islámico, alianza de grupos islamistas sirios que habría logrado arrebatar el control de varias ciudades a la organización vinculada con Al-Qaeda. Una lucha interna entre opositores que se produce a dos semanas de la conferencia de paz de Ginebra para la que la ONU ya ha comenzado a enviar invitaciones. (Mikel Ayestaran / hoy.es / Der Spiegel)