MÉRIDA, Yucatán, 18 de enero.- En entrevista exclusiva a Libertad de Expresión Yucatán, el artesano Marco Antonio Castillo Castillo narró los detalles más importantes en lo que respecta al fallecimiento de su hijo, el joven José Felipe Castillo Tzec, y las investigaciones en torno al caso.
 |
| Protocolo de necropsia del menor (clic para ampliar) |
A continuación, reproducimos la segunda parte de la plática con el entrevistado:
Como indicamos en la primera parte, el miércoles 13 de julio, Castillo fue con su esposa a la casa de la novia de su hijo tras haber intentado localizarlo, sin éxito, por varias horas. Casi a las 10 de la noche se quitaron, tras lo cual regresó a su casa, desde donde él llamó a Seguridad Pública para ver si tenían detenido a José Felipe.
Como a la 1 de la mañana lo llamó la muchacha para preguntarle si ya había llegado Felipe y le envió el número de Julio, el amigo con el que su hijo fue visto horas antes, para ver si él sabía el paradero del joven.
Sin embargo, resultó ser un número falso: "Deducí yo que esta joven mandó un número al azar, porque si ya la había llamado el tal Julio ¿Por qué me mandó ese número?", indicó el artesano, natural de Quintana Roo.
Llegó el amanecer, el jueves 14 de julio, y todavía no había señales de José Felipe: "Veo la hamaca de mi hijo y está vacía", recordó.
Acto seguido, don Marco Antonio llamó de nuevo a la policía para preguntar si tenían detenido a su hijo. Le dijeron que fuera personalmente a la dirección de seguridad pública, donde pasó al área de detenidos y pudo confirmar que no estaba allí.
Horas después, el entrevistado recibió un mensaje impactante de su hija, quien le dijo: "Papá, donde sea que te encuentres suspende la búsqueda de mi hermanito y vente de manera inmediata a la casa".
Al regresar a su domicilio, el señor fue con su esposa en taxi al Parque de Santa Lucía. En el camino recibió una llamada de la novia de la novia de su hijo, quien le dijo que Felipe se suicidó.
Apenas llegó al parque, la muchacha lo abrazó con fuerza, tras lo cual los guió al sitio donde estaba el cadáver del joven.
En el camino se encontraron con Julio, el amigo de Felipe, y todos fueron a la cueva, donde fue hallado el cuerpo sin vida del menor.
Castillo entró detrás de su hija y seguido por su esposa y la novia de su hijo, mientras el joven Julio se quedó afuera con el celular de Castillo, tras dar aviso a las autoridades.
Fue un momento muy duro para la familia. Su hija gritó horrorizada y él se quedó momentáneamente paralizado: "Vi a mi hijo así, como está en la fotografía en Facebook. Una cosa que nunca se me va a olvidar".
Cabe mencionar que Castillo ha compartido fotografías relativas al caso en las redes sociales con el fin de dar a conocer las irregularidades en la investigación conducida por la Fiscalía General del Estado de Yucatán (FGE).
Acto seguido entró su esposa. Sobra describir su reacción.
La joven, la novia de Felipe, observaba seriamente la escena. "Yo la vi por unos momentos, le clavé la mirada, pero era de coraje porque decía "por su culpa mi hijo se quitó la vida". Todavía en esos momentos yo creía que mi hijo se quitó la vida", narró don Marco Antonio..
Acto seguido, la muchacha se agachó y empezó a hacer como que se iba a cortar las venas con unos cristales: "Yo caí en su juego estúpido de hipocresía. Me acerco a la chica, le agarro la mano y estoy quitando el vidrio que tiene y le digo 'oye, nena, no hagas eso, tienes algo en tu familia, ahí tienes a tu hijo, no hagas eso'", recordó indignado.
Momentos después, Castillo le envió un mensaje a la entonces gobernadora Ivonne Ortega Pacheco diciendo "Si por lo menos no le pagó su trabajo a mi hijo con una laptop, por lo menos a ver si lo va a apoyar con su estuche". En tres minutos obtuvo una respuesta de Mariana, la Secretaria Privada de la ex mandataria, quien le dijo que el Gobierno del Estado pagaría todo de forma inmediata.
Adicionalmente, Ivonne le dio el pésame a su esposa: "Fue hipocresía de la gobernadora en ese entonces", opinó el padre del malogrado joven.
"No he declarado yo. No tiene ni una palabra el Ministerio Público en ningún acta. Yo ofrecí mi declaración y el MP no me la quiso aceptar", añadió, recordando que las autoridades argumentaron que ni su declaración ni la de su esposa eran necesarias.
Don Marco Antonio hizo un viaje relámpago a Cancún, y a su regreso fue directo al Ministerio Público, donde firmó los papeles para que éste liberara el cadáver y se le pudiera dar sepultura.
Pasadas las 7 de la noche Castillo llegó a la funeraria, donde se encontró accidentalmente con dos cadáveres, el de un albañil de 58 años y el de su hijo.
"No es conveniente que lo vea usted así", le dijo el director de la funeraria, empujándolo amable pero firmemente fuera del cuarto en cuestión, y entonces le comentó algo que detonó sus sospechas: A pesar de que el certificado de defunción indicaba que José Felipe murió 6 u 8 horas antes del levantamiento, realizado al mediodía, tenía en realidad 19 o 20 horas de fallecido, lo cual pudo determinar fácilmente gracias al rigor cadavérico.
"Tenga mucho cuidado, es gente muy cochina", le advirtió, refiriéndose al personal de la Fiscalía y la corrupción y negligencia asociada con las necropsias.
"Ahí empezaron mis sospechas", indicó don Marco Antonio, aunque posteriormente, con el paso de los días, éstas se reforzaron.
Añadió que el director de la funeraria es una de aproximadamente 20 personas que debieron haber sido citados a declarar en el MP, y que la CNDH ya dispone de su declaración.
Finalmente, el padre de familia recordó con enojo la presencia de la familia de la novia de su hijo en el velorio: "Ellos creían que nos habíamos tragado la mentira del suicidio", aseguró, posteriormente explicando sus motivos para sospechar del padre de la muchacha.
José Felipe fue sepultado el viernes 15 del mismo mes en Valladolid, hace ya más de 2 años y medio, pero la lucha del artesano Marco Antonio Castillo Castillo para que la muerte de su hijo sea investigada adecuadamente y los responsables llevados ante la justicia continúa hasta la fecha.
Continuará... (JMRM)
Ver también:
