miércoles, 22 de enero de 2014

enero 22, 2014
VERACRUZ, México, 22 de enero.- Elizabeth Morales, exalcaldesa de esta capital y quien dejó el cargo hace 23 días, fue “premiada” con la dirigencia estatal priista, pese a ser señalada por desviar recursos públicos para la campaña de Enrique Peña Nieto; sobornar a taxistas para votar por el PRI en horarios de trabajo, y emprender en 2012 una campaña negra en contra del excandidato presidencial de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, a quien tildó de “loco” y “asesino”.


Morales García recibió esta tarde la constancia de mayoría que la acredita como presidenta del Comité Directivo Estatal (CDE) del PRI para el periodo 2014-2018, y en su fórmula lleva como secretario general al excandidato perdedor a la diputación local por Boca del Río, Alfredo Ferrari Saavedra.

Para “amarrar” el cargo, apenas 23 días después de quedar sin empleo, Elizabeth Morales recurrió a los cabildeos de sus amigos Jorge Carvallo Delfín, secretario particular del gobernador Javier Duarte, y del exsenador por Coahuila, Enrique Jackson, hoy asesor del mandatario veracruzano.

En entrevista, Morales García aseguró “traer al PRI en las venas”, pues detallo que su papá, Emilio Morales, le inculcó los valores de ser priista desde pequeña.

Sin embargo, al preguntarle sobre las manifestaciones de la propia militancia de que no quería que llegara al cargo, Morales pretextó mucho trabajo a favor del partido y emprendió la huida de los reporteros.

En junio de 2012, audios obtenidos por Apro dieron cuenta de cómo la entonces funcionaria municipal convocaba a trabajadores de la Comisión de Agua y Saneamiento (CMAS), del sindicato del ayuntamiento local, de la CROC y comerciantes, entre otros, para “coaccionarlos” a votar por Peña Nieto.

En esas reuniones, Morales García proyectaba un video denominado La pejehistoria, donde se califica a López Obrador como un hombre violento, radical, corrupto, intolerante, así como la reiterada leyenda de que “es un peligro para México”.

En el audio se escucha la voz de Elizabeth Morales, quien dice: “Andrés Manuel es muy mentiroso, engaña a la gente, intolerante; salió de Tabasco huyendo de la justicia. No acepta su derrota, él no sabe ganar ni perder en la vida, a todo lo acusa de complot y hace plantones”.

Una semana después (junio de 2012), Elizabeth Morales volvió a repetir la operación, pero en una de sus propiedades en el fraccionamiento Coapexpan, en esta ocasión con trabajadores del volante, a quienes les “restregaba” en la cara dos billetes de 500 pesos por permitir pegar un engomado de Peña Nieto en los taxis, y otros mil pesos por acarrear gente el día de la elección.

“Si no es indiscreción, ¿cuánto ganan en hora y media?, pues bueno, muchachos, les vamos a dar un poco más para que se sumen al proyecto de Enrique Peña, nuestro próximo presidente de la República. Dos de éstos (billetes de 500 pesos)”.

El pasado 30 de diciembre, un día antes de que Elizabeth Morales entregara la estafeta al alcalde electo Américo Zúñiga –también del PRI–, más de un centenar de integrantes del Frente de Defensa Popular (Fredepo) ingresaron por la fuerza al palacio municipal de la capital para quemar una enorme piñata en forma de rata, cuyo cabeza exhibía una foto de la alcaldesa Morales García.

Los inconformes decidieron despedir así la administración priista de Morales, a quien le recriminaron sus constantes viajes al extranjero (Europa, Sudamérica y el Caribe) y el tráfico de influencias para favorecer con cargos públicos a sus amigas: a Michell Servín la hizo sindica en el actual ayuntamiento de Zúñiga, y a Shariffe Osmán la acomodó como candidata a la alcaldía del PRI en el municipio conurbado de Emiliano Zapata, en donde perdió. (Noé Zavaleta para Proceso)