domingo, 26 de enero de 2014

enero 26, 2014
Bajo Reserva | Periodistas EL UNIVERSAL | 26-I-14

UN DOMINGO revelador es el de hoy para Andrés Manuel López Obrador, en su afán de conseguir que Morena obtenga el registro como partido político. Rodeado de sus seguidores, el ex candidato presidencial realiza este día la asamblea de aprobación de documentos básicos, amén de dar la bienvenida al senador ex perredista, Adán Augusto López Hernández, quien será el primer legislador moreno y su presentación en sociedad —¿o lo recuerda usted por alguna iniciativa o debate en tribuna?—. Otro senador muy cercano a AMLO es don Alejandro Encinas, quien dice que no abandonará las filas del PRD, como lo hizo su colega Adán. En las próximas horas estará en posibilidades de hacer público que desea muy buena suerte al tabasqueño y a Morena, nos dicen. Más allá de la toma de posiciones de algunos legisladores, este domingo es clave para don Andrés Manuel.

METIDOS en las izquierdas, le podemos decir que muchísima irritación causó en las filas perredistas la declaración de Marcelo Ebrard sobre el partido que espera, aquella de que un PRD subordinado al gobierno no le interesa para la presidencial del 2018. Al interior de las principales corrientes causó escozor el señalamiento, aunque algunos reconocieron que tiene algo de razón. Pero algo les quedó claro: la constitución formal como asociación civil de Movimiento Progresista, por parte de Ebrard, fue leída como la declinación del ex jefe de gobierno del DF a dirigir al partido, nos cuentan.

LA SUCESIÓN en el PRD, por cierto, sigue en temperatura alta y le falta poco para el punto de ebullición. Los gobernadores perredistas, el guerrerense Ángel Aguirre y el tabasqueño Arturo Núñez y el apartidista jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, decantan su apoyo a Cuauhtémoc Cárdenas para presidir el partido, nos dicen. Y don Marcelo Ebrard, ahora tan denostado en las filas amarillas, dice que si hay un acuerdo unitario en pro del ingeniero, él no será un obstáculo. El problema es que el líder moral sigue jugando a la indefinición, al misterio político, nos comentan.

POR LA SUAVE se la llevó la cancillería mexicana, a cargo de José Antonio Meade, en el caso de la ejecución de Édgar Tamayo en una prisión de Texas. En el pasado, la Secretaría de Relaciones Exteriores condenaba el hecho y ahora el discurso fue en el tono de que el gobierno de México lamentaba la muerte del connacional, sentenciado a la pena capital por el homicidio de un policía estadounidense, nos comentan. El presidente Enrique Peña Nieto salió al quite con un argumento de derecho internacional: la aplicación de la inyección letal sienta un mal precedente frente a los fallos de la Corte Internacional de Justicia, instancia que pidió la revisión de las condenas de 51 mexicanos, incluido el caso Tamayo.

LOS PANISTAS no terminan de arreglar sus pleitos y guerra de lodo y están por abrir un nuevo frente de lucha contra la reforma fiscal, aprobada por el Congreso en el periodo ordinario del año pasado. Durante los próximos días, integrantes de la bancada azul en San Lázaro, liderada por Luis Alberto Villarreal, acudirán al edificio principal de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que preside el ministro Juan Silva Meza, para cabildear la acción de inconstitucionalidad interpuesta en el máximo tribunal. Los azules quieren convencer a los ministros de que el nuevo esquema fiscal debe revertirse, nos dicen.